Alessandra Roig Bofill quizás no sepa que, antes de ella recibir su primera dosis de Soberana 02 este jueves, un total de 350 niños y adolescentes en La Habana se habían pinchado siete veces en meses anteriores –tres con la vacuna y otras cuatro para extracciones de sangre–, como parte del ensayo clínico Soberana-Pediatría.
Los estudios demostraron luego que, solo con dos dosis de Soberana 02, el 99,3 % de los niños de tres a 11 años y casi el 93% de los de 12 a 18 años tuvieron una respuesta de anticuerpos cuatro veces superior a los títulos antes de la vacunación.
Los resultados evidenciaron, además, la calidad, seguridad e inmunogenicidad, por lo cual se aprobó la autorización de uso de emergencia del inmunógeno en la población pediátrica de dos a 18 años de edad.
Si algo Alessandra sabe es que ella es de las primeras niñas del mundo en vacunarse contra la COVID-19. Alessandra tiene 11 años y vive en Cuba, donde hoy se ha continuado la vacunación masiva de los más pequeños, proceso que se realizará de manera escalonada en todas las provincias del país durante esta semana.
“Me sentí bien con la primera dosis y sé que cuando termine la última voy a estar más inmunizada y con menos posibilidades de coger el coronavirus. Estoy muy feliz y emocionada”, cuenta desde el local de espera, en la escuela primaria “Poland Saborit”, del municipio Cerro, en La Habana, donde ella estudia el quinto grado.
En el patio de la escuela la espera su padrastro, Franklin Charchabal Charchabal, quien comenta que hace pocos días conocieron, mediante un grupo de WhatsApp de la directora del centro con los maestros y los padres, que hoy comenzaría la vacunación: “Para nosotros es la mejor noticia porque casi todos los adultos ya están vacunados y con los niños estábamos muy preocupados por el inicio de las clases”.
Desde ese vacunatorio, la doctora Mayda González Duranza, vicedirectora de asistencia médica del policlínico “Antonio Maceo”, señala que en la escuela primaria “Poland Saborit” se vacunarán durante esta semana los niños de preescolar a quinto grado, de cinco a 11 años. Además de este centro –informa– la vacunación en este grupo de edad se realiza también en las escuelas “Alfredo Sosa” y “Osvaldo Sánchez”.
Susana Maden Fraga es la directora de la “Poland Saborit”. Mientras concluye la vacunación de los primeros diez niños, vocea a la entrada de la escuela los próximos que esperarán por el chequeo médico, la toma de los datos y posteriormente la primera dosis del inmunógeno cubano.
Maden Fraga cuenta que el policlínico evaluó los lugares de la escuela que se utilizarían en el proceso y certificaron al centro educativo como un centro de vacunación: “Esta semana nos corresponde con niños de quinto grado, entre 10 y 11 años, y a medida que pasen estos días comenzaremos a descender la edad de manera escalonada hasta llegar al grado preescolar”.
En el local de espera, Fabio Larreinaga Weigel conversa con sus amiguitos del aula. Desde que se suspendieron las clases de forma presencial, no había vuelto a la escuela hasta hoy.
“Como sabíamos que iba a vacunarme hoy mi mamá me dijo que me acostara temprano. Así lo hice. Yo nunca le he tenido miedo a las vacunas. Así que la Soberana 02 no me iba a doler tampoco”, dice con toda la tranquilidad del mundo.
A su lado, Isabela Borges Hernández, comenta que ella y Fabio están en la misma aula, aunque ella tiene 10 años y él ya cumplió 11: “Una amiguita mía me avisó y me puse muy feliz. Después me dio un poquito de miedo. Yo siempre le he tenido miedo a los pinchazos. Pero cuando me inyectaron no me dolió”.
Con una picardía que no se le escapa de los ojos, dice que la vacuna es segura “porque los doctores la crearon para que los niños no se enfermaran ni nada”.
(Noticia en construcción)
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