Con un equipo conformado por la mitad de los jugadores que consiguieron el boleto mundialista en el Panamericano de 2020, Cuba asistirá a un torneo que podría pasar a la historia como el de los juegos mochos, pues no otro término se me ocurre para calificar el par de inning tumbados a cada partido en el próximo Mundial de béisbol para menores de 23 años.
Como se había anunciado, después de los Juegos Olímpicos la mayoría de los eventos organizados por la Confederación Mundial de Béisbol y Softbol (WBSC, por sus siglas en inglés) se jugarán a siete innings. La III Copa del Mundo sub-23 será la primera con este recorte.
A mí en lo particular la medida no me agrada. Implica cambios en la táctica de juego que puede modificar sus esencias mismas. Serán juegos recortados, probablemente con menos carreras, más preponderancia del picheo (con lo que gustan los batazos y las carreras).
Dicen los defensores del machetazo que los partidos se jugarán más rápido, y ese es un incentivo que agrada a las televisoras y sirve de anzuelo para conquistar público joven, reacio a estar tanto tiempo metido en un estadio.
Prefieren espectáculo y no béisbol. Veremos cómo termina esta película, cuyo capítulo inicial tendrá lugar en México a partir del 23 de septiembre cuando comience el Mundial sub-23, que esta vez admitirá jugadores con un año más, para compensar la postergación por la COVID-19 de la justa, prevista inicialmente para 2020.
Este martes, se hizo público el equipo cubano, uno los dos que debutarán en este torneo, que va por su tercera edición. Bajo las riendas de Eriel Sánchez, quien también condujo el plantel en el pre-mundial de las Américas, los muchachos saldrán por un buen papel, que en buen cubano es jugar bien, porque de los rivales nada saben y en estos tiempos, a ciegas, más son los palos recibidos que los dados.
Tampoco es mucho lo publicado en Internet sobre los adversarios, lo cual dificultaría, en caso de que hubiera un sistema de espionaje montado, acopiar muchos datos útiles para trazar tácticas y estrategias.
Cuba tendrá dos pícheres y un cácher que estuvieron en el equipo grande que trató sin éxito de buscar un pasaje a los Juegos Olímpicos. Se trata del enmascarado Iván Prieto, holguinero que paradójicamente no es titular en su provincia y sí en el elenco de Granma, campeón nacional, y Bryan Chi y Frank Abel Álvarez, dos portentos del montículo.
Eriel no se ha aventurado a manejar nombres de la posible rotación, pero Bryan es casi seguro que sea el primer abridor. Su experiencia internacional e incluso en juegos clave en la postemporada cubana así lo confirman.
Tampoco quiso adelantar su lineup, pero hombres como Guillermo García, el Jugador Más Valioso de los pasados play off y muy activo con el madero durante la preparación para el Mundial, y los jardineros Luis Enrique González y Geisel Cepeda seguro estarán en la alineación de apertura el 23 ante República Dominicana. Loidel Chapellí, quien espera al equipo en suelo mexicano donde estuvo fichado en el circuito de verano, es otro jugador de gran perfil en el roster insular.
En definitiva la nómina quedó integrada por Receptores (3): Andrys Pérez (MTZ), Iván Prieto (GRA) y Loidel Rodríguez (SSP).
Jugadores de cuadro (7): Guillermo García (GRA), Diasmany Palacio (SSP), Rangel Ramos (MAY), Miguel A. González (GRA), Darlin L. Jiménez (GRA), Yandy Yánez (CMG) y Rodoleisi Moreno (SSP).
Jardineros (4): Luis E. González (CFG), Loidel Chapellí (CMG), Geisel A. Cepeda (SSP) y Yuddiel González (CAV).
Lanzadores (10): Bryan A. Chi (HAB), Jonathan Carbó (IJV), Frank A. Álvarez (PRI), Naikel Y. Cruz (MTZ), Dariel Fernández (PRI), Marlon Vega (MAY), Kelbis Rodríguez (GRA), Luis D. Morales (SSP), Ubert L. Mejías (SCU) y Yeniel A. Zayas (IJV).
Director: Eriel Sánchez (SSP)
Afortunadamente, los juegos serán trasmitidos por televisión. Nos esperan días de mucho debate, aunque los partidos sean mochos.
