La muerte de otros dos médicos por COVID-19 en Cuba, esta vez en la provincia Villa Clara, hizo saltar las alarmas de sus colegas sobre la ineficacia del resguardo a la fuerza laboral destacada en la atención a los enfermos durante la pandemia.
“La primera interrogante que surge es: ¿si ya todo el personal de la salud está vacunado, desde hace meses con las tres dosis de Abdala, por qué están falleciendo médicos y enfermeras o técnicos? No es uno, ni dos, son varios, diarios, en todo el país. Se evidencia que la vacuna no es efectiva contra el virus, ni inmuniza” dijo a Radio Televisión Martí el doctor bayamés, Alexander Figueredo Izaguirre.
El cirujano Osmar Paz Rodríguez, de 28 años, y la recién graduada de Medicina General Integral, Diana Rosa Saborido Rodríguez, de 25, ambos residentes del municipio villaclareño Camajuaní, fallecieron este viernes a causa del coronavirus.
Hace pocos días, en Melena del Sur, Mayabeque, murió un especialista en Cirugía por la misma causa.
“Están falleciendo profesionales sanitarios jóvenes, y de cualquier edad, porque no hay los medios de protección necesarios para este tipo de actividad en la zona roja”, señaló Figueredo Izaguirre.
Se le denomina “zona roja” al lugar donde se concentran los pacientes que están positivos al virus, o que están siendo tratados por sospecha de COVID-19.
“En las “zonas rojas’ hay que tomar ciertos protocolos, porque los médicos también somos seres humanos y tenemos nuestras enfermedades base. A ningún médico con más de 60 años se le debe poner a ejercer en esos lugares de riesgo, o que padezca de asma, o tenga alguna cardiopatía u otra enfermedad, porque es probable que adquiera el virus”, afirmó.
“El gobierno tomó la conducta de, como el personal de la Salud ya está vacunado y, además, porque hay escasez de recursos humanos, los hacen trabajar sin la debida protección”.
“Como, evidentemente, la vacuna no es eficaz, al final, los profesionales de la Salud no tienen ni medios de protección internos ni externos. Muchos galenos están llevando un intensivo que tienen que pasar hasta un mes, o 45 días, fuera de sus casas. Cuando terminan su desempeño no hacen aislamiento y, como no hay PCR, no les hacen el test, como se hacía al principio”, añadió.
El galeno dijo que los profesionales de la salud “están trabajando sin armas, porque no hay medicinas, y sin ningún tipo de protección, por supuesto, contraen la enfermedad”.
Por su parte, el médico opositor Eduardo Cardet, vecino del poblado de Velasco, en Holguín, coincidió con las afirmaciones de su compañero de gremio.
“Los médicos laboran largas y extenuantes jornadas, excesivamente estresantes con la consiguiente acumulación de la fatiga, medios de protección insuficientes en ambientes con una alta carga viral, con la consiguiente sobreexposición al virus; no se encuentran inmunizados con vacunas efectivas. Hay mal manejo y falta de recursos vitales para el tratamiento de las formas más graves y críticas de la enfermedad”, dijo Cardet a Radio Televisión Martí.
“Es lamentable que estén muriendo médicos que están en la primera línea, en la ‘zona roja’ en tan desigual batalla: no contando con los medios mínimos, a veces, para una protección adecuada”, indicó Cardet.
Las autoridades cubanas no han informado la cifra de profesionales de la Salud muertos por el letal virus desde el inicio de la pandemia. Tampoco han dado seguimiento, al menos no a la luz pública, de los decesos de empleados de apoyo, como los de limpieza y los que se ocupan de la atención diaria de los pacientes en hogares de ancianos y centros médicos.