La Resolución 215 del BCC debe abonar la popularidad en Cuba del Bitcoin y otras criptomonedas.
Foto: Tomada de Fox Business
Las operaciones con criptomonedas se han visto favorecidas en Cuba por la expansión de internet y las telecomunicaciones en el territorio nacional, mientras la severa crisis de la pandemia y el cierre por Estados Unidos de canales de remesas han agregado factores por los que se vuelven, hacia los activos virtuales, no solo los ojos de agentes del mercado. El Banco Central de Cuba se sumó a la lista.
Este 9 de septiembre entran en vigor las reglas del juego para el uso de criptomonedas en Cuba, establecidas con la Resolución 215 del BCC. La autoridad monetaria declaró que “puede autorizar el uso de determinados activos virtuales en transacciones comerciales” o financieras y también dispuso la posibilidad de “otorgar licencia a proveedores de servicios de activos virtuales para operaciones relacionadas con la actividad financiera, cambiaria y de cobranzas o de pagos, en y desde el territorio nacional”.
Como era de esperar, el anuncio concitó el entusiasmo inmediato de agentes del mercado informal de criptoactivos, al considerar que la Resolución les otorga legitimidad.
Sin embargo, la norma solo abrió ligeramente las puertas. Dejó claro que las instituciones financieras y demás personas jurídicas solo pueden usar activos virtuales entre ellas y con personas naturales “cuando así lo autorice el Banco Central de Cuba”.
Y a continuación advirtió a los órganos y organismos de la administración estatal y al resto de las personas jurídicas que “se abstengan de utilizar activos virtuales y los servicios de estos, en transacciones comerciales, monetario mercantiles o para satisfacer obligaciones pecuniarias, salvo en los que casos -reiteró- que autorice el Banco Central de Cuba.”
Al exponer las razones que fuerzan al gobierno cubano a tomar partido con las criptomonedas, el BCC se refirió en la Resolución a los “riesgos para la política monetaria y la estabilidad financiera” que se derivan del manejo de estos activos virtuales fuera del sistema bancario y financiero.
Sumó “la alta volatilidad que los caracteriza y llevarse a cabo en redes de datos en el ciberespacio, por lo general descentralizadas, sin que exista control de emisión, regulación, supervisión oficial, régimen sancionador, ni respaldo de autoridades monetarias”.
La Resolución también se refirió a los “peligros de que sean utilizados para financiar actividades delictivas, dada la excesiva anonimidad de los usuarios registrados en dichas redes y de las transacciones que de su uso se derivan”. En la corta vida nacional de las criptomonedas, ya ha estallado en el país algún escándalo presuntamente vinculado con estafas en frecuencia con el esquema Ponzi.
Al insertarse entre los tres primeros países latinoamericanos que asumen las criptomonedas con legislaciones especificaciones -Venezuela y El Salvador son los otros dos-, el gobierno cubano probablemente está intentando abrir una opción o brecha para mejorar su liquidez en moneda dura, dañada por la crisis de la pandemia y las sanciones estadounidenses para impedir el acceso cubano al sistema financiero internacional.
“Mediante el uso de criptomonedas, la isla podría llegar a saltar, aunque de manera muy leve, ciertos aspectos del bloqueo. Pero todavía hay que ver cómo utilizará la regulación”, comentó Emily Parker, editora gerente de Coindesk, sitio de información especializado.
Estos activos virtuales emergen también como alternativa para el envío de remesas, que se han visto lastradas por las limitaciones de viaje por la Covid-19 y el cierre de los servicios de Western Union en Cuba al crecer la ojeriza de Washington a La Habana.
Las operaciones con criptomonedas pueden verse favorecidas por factores muy diversos: desde la fuerte expansión de internet, las redes sociales y la telefonía celular en los dos últimos años, hasta la inflación que desangra actualmente al peso cubano y cercena la confianza de los consumidores en el mismo.
En una nota comentando esta Resolución, el BCC identificó el Bitcoin, Ethereum Litecoin y USDT entre las criptomonedas más populares en el país. Según otros estimados, extraoficiales, la comunidad que se auxilia del Bitcoin en Cuba oscila en torno a 10.000 personas.
El experto cubano en finanzas Pavel Vidal recomendó, sin embargo, “ser cautelosos con las criptomonedas porque todavía no cumplen a cabalidad ninguna de las tres funciones que usualmente le pedimos a una moneda”.
Otros especialistas internacionales insisten en el carácter de burbuja de estos activos y predicen su estallido en cualquier momento. La creciente variabilidad de sus cotizaciones este año abona tales pronósticos.
En una evidente intención de marcar territorio y alertar a la ciudadanía a la vez, el BCC estableció con la Resolución 215 que “las personas naturales asumen los riesgos y responsabilidades que en el orden civil y penal se derivan por operar con activos virtuales (…) que funcionan al margen del Sistema Bancario y Financiero”, aunque, por último, insistió en que “no están prohibidas las transacciones con activos virtuales entre dichas personas”. (2021)