El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) reveló que 1,8 millones de niños y adolescentes en un rango de edades de entre cinco y 17 años están en situación de trabajo infantil.
Según reporta la multinacional Telesur, las cifras constataron que de los menores que trabajan, un 45,9 % (706 000) estaba activo en ocupaciones consideradas las peores formas de laborar.
Fundamentalmente, estas actividades consisten en manejar tractores y maquinaria agrícola, además de procesamiento de tabaco, henequén y caña de azúcar, o la extracción y corte de madera.
En Brasil, cerca del 54 % de la población nacional es negra y mulata (213 000 000), pero en el caso del total de niños en esta situación, los datos revelaron que el 66 % eran negros y mulatos.
Estas afirmaciones han sido reafirmadas, además, por la senadora brasileña Patricia Saboya, a través de una entrevista ofrecida al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
«Ahora uno de los mayores retos de Brasil es ofrecer oportunidades a los hombres y las mujeres que tengan capacidad de trabajar y que actualmente están desempleados. Cuando los padres no tienen trabajo, los hijos acaban por irse a las calles y su energía se queda mal canalizada, por ejemplo, hacia las drogas, la explotación sexual y tantas otras cosas malas que afectan a nuestra sociedad», recalcó Saboya.