La comunicación virtual con el médico Reynier Álvarez Montoya, miembro de la brigada médica cubana en Haití, tuvo que interrumpirse por un momento, porque ocurrió una réplica del gran terremoto que azotó el sur del país el pasado sábado 14 de agosto.
Sin embargo, relató: «En el momento del desastre todo cambió. Los hospitales quedaron bastante dañados, otros colapsados totalmente, como el Comunitario de Referencia L´Asile, ubicado en una comuna de difícil acceso en el departamento de Nippes, pero todos acudimos a dar atención al aire libre. Ni siquiera tuvimos tiempo para armar carpas, nos situamos en lugares donde no se pusiera en riesgo la vida de los colaboradores ni de los pacientes que acudían en busca de ayuda. Hoy nos encontramos trabajando en condiciones de campaña y sin desmayo, las horas que sean necesarias cada día».
A pesar de las difíciles condiciones, todo el personal cubano se encuentra con buen estado de ánimo y laborando intensamente, aunque con la preocupación por la posibilidad de otro sismo de gran intensidad, comentó Álvarez Montoya.
«La señora Francis, una haitiana amiga de la brigada por años, hoy nos acoge en su casa, ya que la nuestra se dañó. Ella tenía una niña bajo su custodia llamada Anixa, a quien lamentablemente fue la primera persona que recibimos, pero ya muerta, lo cual nos consternó, porque, además, la conocíamos. Pero no todo es negativo. Hoy, cuando salimos por las calles camino al trabajo, se ven las muestras de cariño y agradecimiento hacia la brigada médica por parte de la población de esta ciudad que quedó en ruinas», narró el también coordinador de la brigada en Nippes.
Su colega, el doctor Deinier Pérez Morales, médico especialista en Ginecología y Obstetricia, y natural de Las Tunas, presta servicios en el Hospital Comunitario de Referencia de Port Salut, en el Departamento Sur de Haití. Nos contó que al ocurrir el sismo inmediatamente evaluaron la integridad física de cada uno de los compañeros y luego se dirigieron de inmediato hacia el hospital, que por suerte no sufrió daños en su estructura.
«Improvisamos un hospital de campaña en las inmediaciones de la institución por las constantes réplicas que ocurrieron y preparamos condiciones para atender a los heridos, quienes comenzaron a llegar en los minutos posteriores. Recibimos una gran cantidad de pacientes lesionados, principalmente politraumatizados, con aplastamientos, fracturas, quemaduras por fricción, traumas de cráneo y muchas heridas abiertas que necesitaron suturas», explicó.
«Los colaboradores cubanos, junto a los médicos haitianos, asumimos la tarea, hubo que realizar varias cirugías de emergencia, entre ellas una a un niño de tres años que sufrió un aplastamiento del pie izquierdo, el cual pudimos conservarle. A pesar del desastre, muchas mujeres dieron a luz nuevas vidas, llegando al mundo como sinónimo de esperanza y alegría en medio de tanto dolor», valoró Deinier Pérez Morales.
«Nosotros estamos aquí desde el primer minuto, llegamos antes del sismo, siempre al lado de los más necesitados, como dijera nuestro invicto Comandante en Jefe Fidel Castro: “ser internacionalista es saldar nuestra deuda con la humanidad”».