MIAMI, Estados Unidos. – Esteban ―el nombre falso que usaremos para evitar represalias contra él y su familia― trabajó durante tres años en el área de la cocina del Hotel Meliá de Varadero, donde fue testigo de los abusos laborales y el acoso policial que signan al sector turístico de Cuba.
Para ser contratado, Esteban tuvo que presentar la baja del Servicio Militar Obligatorio, así como avales de “buena conducta social y política” de su Comité de Defensa de la Revolución (CDR), de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y del Partido Comunista de Cuba (PCC), aunque ni siquiera perteneciera a las dos últimas organizaciones.
“Con un aval negativo no eres confiable para trabajar en centros turísticos”, recalca el entrevistado.
Pero los requisitos de buena conducta y filiación política no terminan con la entrada a una instalación del Turismo. “Cuando ya estás dentro y vas a ascender a un cargo mayor como, por ejemplo, jefe de cocina o a otros cargos de alto rango, sí te exigen pertenecer al Partido y la UJC en caso de ser un trabajador joven”, explica el entrevistado.
Esteban también señala que los trabajadores de las instalaciones turísticas a veces son seleccionados en dependencia de ciertas características físicas. “Se considera que en algunos puntos hacen falta personas con rasgos físicos presenciales porque supuestamente tienen mayor facilidad para el trabajo. Esto se ve en los dependientes”, apunta.
Las mismas reglas machistas y discriminatorias se aplican a los géneros: “En el caso del hombre y la mujer depende del área de trabajo. Las mujeres son ubicadas en restaurantes y frente al cliente. Los hombres en los bufés, donde se realiza una labor de más fuerza”, señala el entrevistado.
Salarios y prebendas
Históricamente, los trabajadores del Turismo han denunciado que el régimen se queda con la mayor parte del salario asignado a ellos por las empresas extranjeras que administran los hoteles. Desde su experiencia personal, Esteban explica que, en este caso, “Meliá paga por cada cocinero 410 USD mensuales; sin embargo, el trabajador solo recibe unos 6 800 pesos en moneda nacional”.
“Eso es ahora, con la nueva reestructuración de los salarios, porque hace un año normalmente pagaban solo 910 pesos más 10 CUC”, especifica el entrevistado.
Por otro lado, están los llamados “terceros”, que son trabajadores privados o pertenecientes a pequeñas empresas cuentapropistas que realizan distintas labores como mantenimiento, jardinería, pintura, albañilería, entre otras, según explica Esteban. “Sus salarios, con respecto a los contratos que firman los hoteles, no son buenos. Existe una explotación salarial con ellos porque estamos hablando de contratos de miles de pesos (CUC hasta hace poco)”.
“Son trabajadores que no pertenecen a la cadena (Meliá) ni necesitan un grado escolar requerido, solo una profesión para realizar esas tareas”, especifica.
Por otro lado, Esteban denuncia el “acoso policial que existe en los hoteles de Cubanacán, donde el DTI (Departamento Técnico de Investigaciones del MININT) abusa de su poder con los trabajadores. Los policías revisan al personal del hotel, entran a las áreas de procesos de alimentos detrás de cualquier cosa para crear el miedo y el caos. Así han dejado a muchas personas sin trabajo y han dañado a muchas familias”.
Esteban cuenta que tuvo dos amigos que “fueron perseguidos por el DTI y sacados deshonrosamente del hotel por haber extraído algunos productos. En 2018 fueron separados cinco años del sector del Turismo. Fueron sacados del hotel en patrullas, para crear el miedo entre los trabajadores”, rememora.
Aunque reclamar es una opción, precisa, las demandas de los trabajadores no se ganan “debido a las circunstancias, es decir, a lo que tenemos que hacer para poder subsistir”.
En ese sentido, justifica que sus excompañeros de trabajo tomen alimentos del hotel para alimentar a sus familias. “En Cuba no hay salario que te permita comer”, asegura.
Los hoteles de Meliá también cuentan en su plantilla con los llamados “asesores de cocina”, que son generalmente trabajadores extranjeros.
“Existen muchas diferencias entre los asesores de cocina y los trabajadores cubanos. Un asesor de cocina puede llegar a cobrar entre 4 000 y 6 000 dólares mensuales, los que les paga la cadena directamente a ellos. Estos asesores radican en una habitación del hotel, no pagan un centavo; todo lo hacen ahí: comen, les lavan la ropa, etc. Su trabajo es asesorar que se cumplan los estándares de la cadena… Hay muchos que trabajan y otros que no, es la realidad”, revela Esteban.
Además, los hoteles también son visitados por dirigentes cubanos que gozan de todo tipo de privilegios. “En el Meliá Varadero se organizaban cenas cuando acudía algún ministro u otros jerarcas como los cinco espías cubanos, a los cuales se les preparó una mesa bufet con camarón, filetes de res, embutidos altamente caros y bebidas que eran pagadas en efectivo, no se sabe cómo”, termina Esteban.
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