Las sanciones de Estados Unidos a militares de la isla por encabezar la represión contra manifestantes pacíficos en las protestas del 11 de julio son una “cuestión interna de la política estadounidense” sobre la que no tiene “nada que decir”, señaló este jueves en entrevista con CNN el primer ministro español Pedro Sánchez.
Reiteró que la posición del gobierno de España, y de la Unión Europea, respecto a Cuba “es bien conocida”, y que ha pedido al régimen de La Habana dar un paso hacia el cambio, pero “sin injerencias”.
“Yo mismo he solicitado al gobierno cubano que inicie todas esas transformaciones, las reformas que se necesitan, para que los cubanos y cubanas puedan, ellos solos, sin injerencias de nadie, encontrar su camino, para poder disfrutar de los derechos y las libertades que, afortunadamente, mi país disfruta desde hace ya muchísimos años”, subrayó.
La administración del presidente Joe Biden sancionó el jueves al General de Cuerpo de Ejército, Álvaro López Miera, ministro de las Fuerzas Armadas, y la Brigada Especial del Ministerio del Interior de Cuba, conocidos como “Boinas Negras”, bajo la Ley Global Magnitsky sobre Responsabilidad de Derechos Humanos, que permite congelar los activos extranjeros y prohibir la entrada a EEUU a perpetradores de graves abusos de estos derechos y actos de corrupción en todo el mundo.
Sánchez, sin hacer referencia a la represión ejercida por las autoridades cubanas durante las protestas del 11J, dijo que, para tener un análisis global de lo que está ocurriendo en Cuba, hay que ser conscientes de que “el Covid está dando muy duro” en la isla, y se necesita “la solidaridad de la comunidad internacional”.
El primer ministro español llamó a las naciones a hacer “un ejercicio de solidaridad para con el pueblo cubano, donando dosis” de vacunas que ayuden a proteger del virus a su ciudadanía.
Añadió que la crisis sanitaria que enfrenta la isla “tiene una traslación a un sector fundamental (…) que es el sector turístico que, desafortunadamente, ahora mismo está sufriendo en Cuba unas consecuencias terribles, de caída, sin parangón”.
El martes pasado, senadores del opositor Partido Popular español (PP, centroderecha) anunciaron la presentación de mociones para condenar la represión contra los manifestantes en Cuba. Días antes, el gubernamental Partido Socialista Obrero Español (PSOE, centroizquierda) bloqueó en el Congreso de los Diputados una declaración institucional que perseguía el mismo objetivo.