Artemisa, 26 jul (ACN) Nadie puede dudar sobre el heroísmo de la conocida como Generación del Centenario durante la gesta del Moncada el 26 de julio de 1953, pero siempre hay que destacar el papel de los artemiseños en estos hechos, como muestra del compromiso de este pueblo con la Revolución desde el principio.
Daniel Suárez Rodríguez, presidente de la Unión de Historiadores de Cuba de la provincia de Artemisa, explicó en entrevista con la Agencia Cubana de Noticias que para entender verdaderamente ese aporte hay que conocer a cada uno de esos artemiseños y su participación en los hechos, lo cual es reflejo de su entrega a la causa revolucionaria y entraña algunas anécdotas y curiosidades dignas de saber.
Precisó que en dichas acciones estuvieron presentes 43 jóvenes de Artemisa, Guanajay, Mariel, Bauta, Caimito y Bahía Honda, incluido Florentino Fernández León, que no asaltó el Moncada, pero como miembro de la guardia batistiana suministró parte del uniforme que se utilizó para confundirse con las fuerzas de la tiranía y atacar por sorpresa.
De ellos, dijo, cayeron tres en combate y otros 15 fueron asesinados luego, mientras que entre los sobrevivientes destacan figuras como Julio Díaz González y Ciro Redondo García, miembros del Ejército Rebelde que continuaron apoyando los esfuerzos revolucionarios hasta su muerte en la Sierra Maestra.
O siguen haciendo por la Patria como Ramiro Valdés Menéndez, Comandante de la Revolución y vice primer ministro de la República de Cuba, añadió el entrevistado.
El esfuerzo de este grupo de hombres, señaló, estuvo organizado por el artemiseño José (Pepe) Suárez Blanco, integrante de la dirección nacional de la Juventud Ortodoxa junto a Fidel Castro, que le había comunicado que existía en esta zona varios muchachos que estaban dispuestos a cumplir con cualquier misión por la Patria.
Pepe luego se encargaría de la preparación de las células en Artemisa y Pinar del Río como parte de los preparativos, puntualizó Suárez Rodríguez.
Dentro de este valeroso equipo también se cuenta a Ricardo Santana Martínez, original de Fomento, en Sancti Spíritus, pero residente en Artemisa, quien rescató a Fidel Castro a su salida del cuartel para que no lo asesinaran las fuerzas batistianas, hechos relatados en el libro El artemiseño que rescató a Fidel, de Enrique Garcés Montero.
También algunos de los integrantes más jóvenes de la acción militar fueron de este territorio, comentó Suárez Rodríguez, siendo el más joven de los artemiseños muertos luego de los hechos Marcos Martí Rodríguez y el más joven Ramón Pez Ferro, alumno del Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa, el único sobreviviente del asalto al Hospital Civil Saturnino Lora.
La entrega infinita de este grupo de muchachos que solo supieron minutos antes de la acción en la Granjita Siboney su cometido, ante cual ninguno se acobardó, es hoy agradecida por todo el pueblo cubano que con la convicción firme de luchar por la Revolución rinde homenaje a sus vidas y dedicación reafirmando su compromiso de defender las conquistas, ideales y soberanía de este sistema social al precio que sea necesario, aseguró el historiador.
Muchos de los restos de estos valerosos hombres descansan hoy en el Mausoleo a los Mártires de Artemisa, ubicado en el barrio La Matilde, por ser el lugar de procedencia de la mayoría de ellos, y que tras 44 años de fundación sigue dedicando su labor a preservar la historia y trascendencia de esos muchachos, cuya sangre brilla en la bandera como dijera Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, en sus versos.
La denominación de Generación del Centenario fue dada al grupo de jóvenes cubanos que liderados por Fidel Castro asaltaron los cuarteles Moncada y Cuartel Carlos Manuel de Céspedes, en Santiago de Cuba y Bayamo (Granma), respectivamente, el 26 de julio de 1953, año del centenario del nacimiento del Héroe Nacional de Cuba, José Martí.
