El pasado martes el ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, informó la decisión de pasar a todas las provincias a la fase de transmisión comunitaria de la etapa epidémica.
La compleja situación epidemiológica que vive el país, donde crecen a diario los contagios por la COVID-19, dado el alto nivel de transmisión de la enfermedad, no dio otra opción. En el caso de Pinar del Río no es para menos, aportaré solo un dato comparativo.
Semana 25, la anterior 683 casos positivos.
Semana 26, esta en la que estamos, debe concluir con una cifra entre 770 y 880 casos positivos.
Cifras, que como he dicho en otras ocasiones no pueden mirarse de manera fría, porque detrás de esos números, hay seres humanos que sufren y padecen una enfermedad y familias que viven pendientes de un resultado y de la evolución.
Altos diagnósticos diarios, circulación de varias cepas del virus altamente contagiosas, son solo algunas de las aristas que caracterizan este contexto epidemiológico.
Si solo algunas, porque ayer el Dr. Aldo Muñoz, experto enviado por el MINSAP a Pinar del Río como integrante de la comisión temporal gubernamental, dijo que apreciaba cuatro variables significativas que hablan de la complejidad de la epidemia en la provincia:
- Magnitud elevada número de casos
- Gran dispersión en todos los municipios y la mayoría de los consejos populares.
- Alta velocidad de transmisión.
- Un incremento en la severidad de la enfermedad, algo que se traduce en más casos graves críticos y fallecidos.
Fase de transmisión comunitaria, primera vez en Cuba
Esta fase en la que nos encontramos, la de transmisión comunitaria, nunca antes había sido declarada en el país y conlleva si, la aplicación de nuevas medidas, encaminadas a cortar la transmisión, avanzar en la intervención sanitaria y, sobre todo, a disminuir al máximo la movilidad de las personas.
Y me voy a detener ahí, porque del tema se habla una y otra vez, pero no podemos cansarnos. Ayer una de las integrantes de la comisión temporal gubernamental que se encuentra en la provincia comentaba que había observado a muchas personas en las calles, algunas sentadas en los parques, otras conversando en una esquina, yo diría que nada nuevo, una realidad que vemos a diario y que nosotros hemos denunciado en nuestros espacios informativos.
Será que hay necesidad hoy de estar conversando fuera del hogar o en un parque esperando a que pase el tiempo. Esa es una parte del asunto, la otra es la cantidad de personas en las colas antes de salir el sol, unos marcándole a los dueños de la tarjeta MLC y no siempre por buena voluntad, sino mediando unos miles de pesos. Otros buscando entrar una vez a la tienda a comprar a un precio para después revender, mientras el que realmente lo necesita tiene que comprarlo al precio que el revendedor decida.
Que ha faltado previsión, sí. Que en Pinar del Río casi todo el mundo tiene tarjeta, también es verdad. Como también es verdad que las colas no siempre están organizadas, y que a veces los productos necesarios no son tan necesarios en este escenario epidemiológico complejo. Y hablo de pintura, cajitas, artículos por los que se han formado tumultos, al menos en la ciudad.
Si no nos cuidamos el virus nos cambiará a todos
Pues el panorama tiene que cambiar o el virus nos cambiará a nosotros y quizás no para bien. Hace unos días el viceprimer ministro y ministro de economía y planificación Alejandro Gil Fernández decía en la reunión del grupo temporal, que la situación está como para que lo cerremos todo, algo que, por supuesto no ocurrirá, pero se refería a que, físicamente moviéndose, debe estar la menor cantidad de personas.
En otras palabras, hay que evitar las altas concentraciones; lograr una creciente efectividad en los protocolos concebidos en Salud Pública; y disminuir la movilidad, solo así se logrará cortar la transmisión comunitaria y para eso se evalúa como hacer cumplir lo dispuesto.
Cuando hace unas semanas hablábamos de algunas irregularidades en la movilidad, ninguno de nosotros imaginó vivir varias jornadas después, con casos confirmados de tres dígitos y ya ven, esta semana vamos por tres días por encima de 100.
El pronóstico es que los confirmados continúen incrementando, una razón para que en transmisión comunitaria se replantee en familia cuál debe ser la actitud al menos en las próximas tres semanas, en la que los expertos aconsejan una reducción de la movilidad a la mínima expresión.
Y como si todo esto no bastara, Elsa amenaza al Caribe y debemos estar alertas, pero seguramente de eso hablaremos la próxima semana cuando sigamos mirando la noticia en contexto.