El comunicador Alfredo Ballesteros escribe a nuestra sección con una pregunta que espera respuesta: ¿Qué pasa con los medicamentos en Contramaestre?
Según indica este cubano residente en Guyana, las farmacias de la ciudad son abastecidas los miércoles y la venta se realiza los viernes. Como en casi toda Cuba, las personas empiezan a hacer fila en el establecimiento desde días antes y les resulta muy difícil a la mayoría encontrar lo que necesitan a causa de la dramática crisis de fármacos que sufre el país.
Sin embargo, señala Ballesteros, en las «farmacias on-line» de la provincia, que funcionan a través de grupos de WhatsApp, hay de todo lo que se pueda necesitar, solo que a precios exorbitantes. «La cadena de corrupción es larga y muchos deben mojarse», apunta indignado. Estos grupos tienen corta duración, dado que desaparecen poco después de creados para dar lugar a uno nuevo, en el intento de evadir la vigilancia policial.
Él considera -como muchos otros después de un simple ejercicio de asociación lógica- que los fármacos «no están donde deberían porque desgraciadamente se los están robando y sí, voy a usar la palabra ROBANDO. Ningún revendedor tiene acceso a todos los medicamentos, muchos de ellos, controlados».
«Debe ser triste y decepcionante no encontrar en la farmacia el medicamento necesario para mantener la calidad de vida y saber que en tu barrio alguien lo vende carísimo», reflexiona.
¿Cómo es posible que «nadie» se entere de esta situación? ¿De dónde se están robando los fármacos y quienes son los responsables? ¿Es en Santiago de Cuba únicamente donde ocurre esta situación o se repite en el resto de los territorios del país?
Ballesteros termina su correo de la misma forma que lo empezó, con una pregunta: «¿Por qué el gobierno no pide ayuda a los miles de cubanos que estamos fuera para que donemos medicamentos con los que tratar a nuestros compatriotas?»