Un novedoso estudio desarrollado por el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC), de conjunto con el Ministerio de Salud Pública (Minsap), persigue reducir los efectos adversos a la COVID-19 a partir del empleo de la ozonoterapia. La propuesta es resultado de los esfuerzos que realiza la comunidad científica cubana para enfrentar la pandemia del nuevo coronavirus.
La doctora en Ciencias Zullyt Zamora Rodríguez, especialista en esta rama del CNIC, informó a la Agencia Cubana de Noticias (ACN) que se trata del desarrollo de un ensayo clínico exploratorio, así como otros estudios clínicos que evidencian alentadores resultados con el empleo de esta modalidad terapéutica, como acompañante de la terapia convencional en pacientes positivos al SARS-CoV-2.
La experta explicó que se evaluó como variable primaria la negativización del PCR en tiempo real al quinto día de aplicación de la terapia rectal con ozono (ozonoterapia), donde el esquema de tratamiento fue cada 12 horas, para un total de 10 aplicaciones.
«Como resultado de los estudios se obtuvo que en ese periodo de cinco días el 81 % de los pacientes que recibieron ozonoterapia por vía rectal junto con el tratamiento convencional resultaron negativas al virus, en comparación con el 43 % del grupo de control, que solo recibió el esquema habitual de medicamentos», resaltó.
Zamora Rodríguez aseguró que las investigaciones cuentan con la aprobación de la Autoridad Reguladora de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos de Cuba (CECMED) y del Centro Nacional Coordinador de Ensayos Clínicos (CENCEC). Dijo además que como parte de la continuidad de la investigación, el CNIC ha solicitado el permiso de inicio de ensayo clínico fase III a las autoridades regulatorias cubanas para el desarrollo de este importante estudio.
Entre los países que han registrado esta modalidad para tratar la pandemia son Cuba, España, Italia, Irán, India, China y Turquía, destaca Prensa Latina.
La ozonoterapia consiste en la aplicación de una mezcla de oxígeno médico con ozono; la mezcla ha de ser producida in situ para cada aplicación, y en ella nunca habrá más de un 5 % de ozonom destaca la bibliografía médica.
La fudamentación de esta terapia radica en los efectos biológicos y metabólicos del ozono. Fue el Dr. Kellog pionero en este sentido, utilizando por vez primera el ozono en una epidemia de difteria en 1861 en los Estados Unidos. Luego fue aplicada en heridas de guerra durante la primera guerra mundial por el Dr. Wolf. El desarrollo que alcanza la Ozonoterapia en la actualidad viene dado a partir de la década de los años 70 del pasado siglo.