Agentes de la Seguridad del Estado están provocando verbalmente al preso político Denis Solís para que cometa una falta y esto ocasione una extensión de su sentencia en prisión.
Solís, rapero e integrante del Movimiento San Isidro (MSI), fue condenado a ocho meses de privación de la libertad por presuntamente haber cometido el delito “desacato”.
“Le están provocando para que el muchacho se violente y caiga en un tipo de indisciplina carcelaria y entonces complicarle la vida”, manifestó su tío Vladimir González ante Radio Televisión Martí.
El familiar comentó que el Día de los Padres, a la hora de la cena, Solís fue invitado a comer un plato de chuleta junto a un carcelero, pero rechazó la carne al ver que iba a ser filmado.
González comentó que recibió amenazas por no aceptar la comida y ante la intimidación de los carceleros echó la cena en una bolsa para llevársela a comer a su celda.
Al día siguiente, uno de los oficiales le dijo en tono amenazante que cuando saliera de prisión se iba a llevar una gran sorpresa.
“No sé qué sorpresa será, una sorpresa diabólica, como que le están amenazando cuando salga”, manifestó el tío a la emisora, quien anteriormente había dicho que la liberación está programada para el mes de julio.
La acusación de “desacato” se debe a que Solís entabló una discusión con un agente de la Policía Nacional Revolucionaria que entró sin autorización a su vivienda, ubicada en la calle Paula, en La Habana Vieja.
Solís es un prisionero de conciencia reconocido por Amnistía Internacional y por las arbitrariedades de su arresto, una gran cantidad de activistas y políticos extranjeros han exigido al gobierno cubano su inmediata liberación.
Su encarcelamiento generó una huelga de hambre en la sede del MSI que terminó con un violento allanamiento por parte de agentes de la PNR y la Seguridad del Estado; esto dio pie una manifestación de jóvenes artistas frente al Ministerio de Cultura.
Días después de la detención, el joven Luis Robles salió a las calles de La Habana para exigir la liberación del rapero y el fin a los actos represivos. En dado momento de la protesta pacífica fue detenido y ahora también es un preso político.
La fiscalía cubana pide contra dicho joven una condena de seis años de privación de la libertad por haber cometido los delitos de “propaganda enemiga” y “resistencia”.
Mientras permanece detenido y la espera de un juicio, Robles ha sido víctima de severos actos de tortura y encierros en celdas de castigo.
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