Las autoridades de Salud del país insisten reiteradamente en la necesidad de proteger a los ancianos de los efectos de la COVID-19, al ser este grupo poblacional el más vulnerable, debido a sus frecuentes comorbilidades y a su sistema inmune menos eficiente a causa de la avanzada edad.
En una nota publicada en el sitio web del Ministerio de Salud Pública (Minsap), Isabel Francisca Márquez García, miembro del Grupo Nacional de Sicología y Máster en Longevidad Satisfactoria, señaló que el coronavirus ha influido en la calidad de vida de estas personas y, desde el punto de vista sicológico, se describen alteraciones como depresión, ansiedad, trastornos del sueño y sentimientos de soledad.
«En algunos la prolongación de la enfermedad ha provocado miedos e incluso fobia a salir de la casa o estar en espacios públicos, existen casos de hiperquinesia, pérdida de la concentración, preocupación excesiva o debilidad muscular por la falta de ejercicios físicos», subrayó.
La también profesora Auxiliar de la Escuela Nacional de Salud Pública explicó que, quienes padecen demencia, al disminuir las interacciones sociales con los familiares, han presentado un declive en su estimulación cognitiva, lo cual agrava el padecimiento.
Al respecto, alertó que «este impacto sicológico permanecerá por mucho tiempo» y que, por lo tanto, «constituye un reto para la familia cubana fortalecer sus vínculos en ese contexto, minimizar los conflictos intergeneracionales y aprovechar la oportunidad para aprehender y dialogar sobre más temas».
La actividad de los adultos mayores se rige por organizar el tiempo libre después de la jubilación, y aquellos que tenían estructurada su vida, ya sea por asistir a un círculo de abuelos, grupos de taichí, teatros, reuniones sociales, juegos de dominó o caminatas, han visto modificadas sus rutinas.
Proteger a los ancianos de la pandemia de la #COVID19 ha sido un reclamo reiterado por las autoridades de salud, al ser este grupo poblacional el más vulnerable debido a sus frecuentes comorbilidades y a su sistema inmune menos eficiente.#CubaPorLaVida https://t.co/GqjKBGVurg pic.twitter.com/9EyQMZ3Erm
— Ministerio de Salud Pública de Cuba (@MINSAPCuba) June 23, 2021
También los que se encargaban de la búsqueda de alimentos han debido delegar esa responsabilidad en los miembros más jóvenes, lo cual no debe implicar minimizarlos, ni violentar su autonomía o recargarlos con labores del hogar, insistió la investigadora cubana.
Recomendó que, para lograr un envejecimiento saludable, los mayores deben practicar, mientras sea posible, ejercicio físico en el hogar, fomentar actividades de distracción, aprender a utilizar las tecnologías de la información y dosificar el consumo de noticias sobre la pandemia.
Destaca el sitio web del Minsap que la Organización Panamericana de la Salud también ha advertido acerca de la importancia de proteger a los adultos mayores, pues la COVID-19 afecta de manera desproporcionada a este segmento, y las transiciones demográficas y epidemiológicas actuales requieren de cambios en la forma en que tratamos y respondemos a sus necesidades.
Desde Cuba, señaló la máster en Longevidad Satisfactoria, se cuenta con la voluntad política para garantizar la atención a la población más vulnerable a través de la premisa del diagnóstico oportuno y del tratamiento a tiempo, para evitar formas graves de la enfermedad.
En las casas de abuelos y hogares de ancianos se instruyó a los trabajadores para detectar cualquier síntoma y evitar contagios institucionales, en los lugares de menor riesgo epidemiológico se mantienen algunos círculos de abuelos con la realización de ejercicios físicos al aire libre, mientras que las cátedras del adulto mayor continúan sus actividades a distancia.