La Fundación Banco Santander acaba de agregar a su colección Cuadernos de Obra Fundamental “El alma de los muertos. Cuentos, bestiarios, haikus, semblanzas” de Alfonso Hernández-Catá (1885-1940), considerado como “el más cubano de los escritores españoles”.
La prestigiosa entidad recuerda que el intelectual nacido en Salamanca “dinamizó la cultura iberoamericana de su tiempo”.
Juan Pérez de Ayala, a cargo de la edición de este libro, se refiere al narrador, poeta, periodista, dramaturgo y diplomático como “el más cubano de los escritores españoles y el más español de los escritores cubanos”.
“Sentía Cuba y vivía en España”, declaró Pérez de Ayala a El Cultural.
Hijo de un teniente coronel del ejército español y de una cubana, Hernández-Catá fue cónsul de Cuba en Madrid, antes había representado a la isla como cónsul de segunda clase en Le Havre, Birmingham y Santander. En 1933 fue opositor al Gobierno del General Gerardo Machado en Cuba a quien retrata en el cuento ‘Un cementerio en las Antillas’.
También se desempeñó como diplomático en Panamá, Chile y Brasil donde murió trágicamente en 1940, en un accidente aéreo en Río de Janeiro.
El escritor y académico José María Merino, en declaraciones a Europa Press asegura que el volumen publicado ahora por la Fundación del Banco Santander, “es una magnífica colección de relatos localizados en muy diversos espacios, entre los que no faltan el mar, la selva o la guerra, que muestran con destreza, mediante un peculiar simbolismo, la capacidad obsesiva y alucinatoria del ser humano”.
Francisco Javier Expósito, responsable de literatura de Fundación Banco Santander, dijo que esta publicación es “el redescubrimiento de uno de los grandes olvidados de la cultura iberoamericana del siglo XX”.
“No sólo desde la óptica de sus relatos, que bucean en la sombra colectiva del ser humano, sino por la visión humanista de libertad cultural que expandió en Iberoamérica”, declaró.
“El alma de los muertos” se publica junto a una serie de podcasts de alguno de sus cuentos, entre los que destacan “Cuento de Lobos”; “El crimen de Julián Ensor”; y “Cuatro libras de felicidad”.
Tras la muerte del escritor en 1940, se instauró el Premio Hernández Catá, considerado uno de los más importantes de la época y se publicaron ocho números de la revista Memoria de Hernández Catá.