Los saberes del colectivo del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de Sancti Spíritus también conforman el reciente y muy admirable resultado científico de los candidatos vacunales logrados en Cuba.
El doctor en Ciencias Enrique Rosendo Pérez, director de esa institución, detalló a Escambray que su participación en el proceso productivo de estos ha estado en garantizar los reactivos biológicos para la analítica y el seguimiento, tanto del control de procesos como del control de calidad.
“A través de estos reactivos biológicos desarrollados por nosotros, que son los anticuerpos monoclonales, es que se identifica si la célula está produciendo el RBD, que es el ingrediente farmacéutico activo de los candidatos vacunales. En general, para todos los candidatos vacunales obtuvimos nueve anticuerpos monoclonales anti RBD. Algunos tienen un interés más marcado porque son fuertes inhibidores y eso puede ser un control positivo de los ensayos de inhibición y de la calidad de los anticuerpos que genera el individuo (una vez inmunizado o vacunado). Si eso sucede las personas están más protegidas de la infección por el virus”, pormenorizó.
En el caso específico de Abdala, la responsabilidad ha resultado mayor porque además han desarrollado, a partir de dichos reactivos biológicos, ensayos que se están utilizando para el control de proceso y control de calidad, además de participar en la realización de ensayos inter-laboratorios para así validar estas técnicas analíticas.
El CIGB espirituano también protagonizó la intervención controlada que se desarrolló con Abdala en 301 voluntarios de la provincia, donde participó en todo el proceso, desde la capacitación al equipo de vacunación, hasta su control y ejecución.
“Lo importante del estudio de intervención aquí es que fue en paralelo con el ensayo de Abdala en fase tres para poder evaluar en grupos poblacionales de alto riesgo eventos adversos. Con esta experiencia logramos una alianza Universidad de Ciencias Médicas-CIGB muy importante. Organizamos un buen equipo con personal de Salud y de otras instituciones, donde se logró garantizar el cumplimiento de las buenas prácticas clínicas y ahora esos saberes se están aprovechando y multiplicando en estas otras intervenciones que se están haciendo”, agregó el directivo.
Adicionalmente, un trabajador del CIGB —el doctor Rafael Ibargollín— participó como coordinador del estudio de intervención con Abdala, que se desarrolló en paralelo a la fase tres de ese candidato vacunal en las provincias orientales de Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo.