El desarrollo industrial para el país constituye una estrategia decisiva para lograr la independencia de las importaciones, que se han vuelto imprescindibles para la sostenibilidad de la economía cubana. Sin embargo, el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba afecta cada vez más esa aspiración.
Entre abril y diciembre del pasado año esta política ilegal y extraterritorial ocasionó al sector de la industria pérdidas que ascendieron a más de 31 millones de dólares, de acuerdo con Ana Iris Cabrera Salomón, directora general de Gestión Industrial en funciones, del Ministerio de Industrias.
Las causas, explicó la directiva a la prensa, están relacionadas, por ejemplo, con la reubicación geográfica del comercio, que representan una pérdida de 10 827 700 USD.
El ramo, reconoció, ha tenido que trazar acciones para dirigir las exportaciones hacia áreas más alejadas de nuestras fronteras, lo que significa más costos por concepto de fletes o por la inmovilización de inventarios, con efectos inmediatos en los costos del producto y, por ende, el traslado a su precio.
Una cuestión esencial, argumentó la directiva, es que no solo se dificulta la entrada de nuestros productos y servicios al mercado estadounidense, sino a otros destinos, donde las trasnacionales de Estados Unidos ejercen influencia; lo que desestimula la actividad comercial que pudiera suscitarse entre las empresas cubanas en el exterior.
A todo ello se suma el histórico tema de los cambios de moneda. Cabrera Salomón argumentó sobre la imposibilidad de hacer las transacciones comerciales con dólar estadounidense, así como el uso necesario de intermediarias financieras para poder realizar las operaciones.
El sistema empresarial de la sideromecánica, por ejemplo, tuvo que acceder a financiamientos con tasas de interés en el entorno del 18 %, pues se imposibilitó el acceso directo a créditos bancarios y se montaron las operaciones con créditos comerciales, lo que significó mayores costos financieros.
Otra evidencia está en la industria química, que realizó la adquisición de productos en mercado europeo o asiático, como cilindros para cloro, antiespumantes, mezcla para la industria de la goma, cuando podría haberse adquirido en el mercado estadounidense.
En materia de acceso a tecnología, como es conocido, las limitaciones son muchas, inclusive para avanzar en el área del diseño. En ocasiones, subrayó Cabrera Salomón, los equipos son muy afines con nuestros procesos y, sin embargo, no se pueden adquirir porque son del mercado estadounidense, o los que tenemos disponibles no pueden actualizarse.
En el actual contexto, donde la COVID-19 ha impuesto la necesidad de reducir el acceso físico a foros y encuentros internacionales, la plataforma virtual se ha convertido en el principal escenario, pero Cuba cada vez tiene menos acceso a los sitios web donde se desarrollan, y la causa también está en las medidas del gobierno estadounidense contra la Isla.
Aunque comparado con el periodo anterior reportado, las afectaciones de la política estadounidense a la industria desde abril hasta diciembre del pasado año disminuyeron en alrededor de unos 64 millones de dólares, eso solo tuvo que ver con la disminución de la actividad empresarial debido a la COVID-19, pues las consecuencias del bloqueo para el desarrollo de ese sector en el país siguen siendo drásticas.