Un detallado perfil del rapero cubano Maykel Castillo Pérez “El Osorbo”, activista del Movimiento San Isidro, preso en una cárcel de Pinar del Río, ha sido publicado recientemente en el diario español El País.
El escritor y periodista Carlos Manuel Àlvarez relata el difícil pasado del artista de “Patria y Vida”, quien ha vivido 16 de los 37 años que tiene entre calabozos y centros de reeducación para menores.
Recuerda que hace poco más de dos meses Maykel protagonizó un evento inédito cuando evadió un arresto con la ayuda de sus vecinos y escapó hasta la sede del Movimiento San Isidro.
“Rodeado de vecinos que lo escuchaban en Patria y Vida, el himno musical que le entregó a la gente un lema para oponerse en la guerra enfática de las consignas a la retórica sacrificial del castrismo, Maykel levantó como un negro liberto su puño derecho. Le colgaban unas esposas. Alguien tomó la foto, granulosa”, escribe el director de la revista El Estornudo.
A su juicio, aquella fuga generó una imagen tan potente e hizo “de la calle un palenque, de la ciudad un monte, y de las estructuras de poder un barracón” y trajo como resultado que el pasado 18 de mayo la policía entrara a casa de Maykel, se lo llevara descalzo y sin camisa, y le imputara cargos por desacato, resistencia y atentado.
Àlvarez, recientemente galardonado con el Premio Don Quijote de Periodismo, destaca la trayectoria del rapero y reconoce que en 2018 había sido el único artista en cumplir prisión por protestar en un concierto contra el Decreto 349.
“A partir de ahí, a través de sus temas y, sobre todo, de sus transmisiones en directo por Facebook, Maykel se convirtió en una figura cada vez más popular y certera, dueño de la erudición que le otorgó haber podido estudiar hasta cuarto grado”, dice el autor de La Tribu y Falsa Guerra.
“Como un cabalista yoruba, su fuerza y los rastros de su destino residen en su nombre artístico: Maykel Osorbo”, dice el escritor y analiza que “Osorbo, en dialecto yoruba, significa que alguien tiene mala suerte, que se mueve en un ambiente negativo, que no va a alcanzar nunca la prosperidad. Es un nombre que cualquier artista evitaría. Al nombrarse así, Maykel subvierte las escalas, y lo que lo ha vuelto un líder de la calle es, justamente, que no hay nadie en Cuba hoy que no esté osorbo”.
“El otro gesto que actualiza la tradición y transforma en código vivo la oralidad del panteón litúrgico es la falta de ortografía filtrada al descuido, consustancial a un rapero que surfea la pronunciación: osorbo se escribe osogbo. El error corrige entonces el término que significa desgracia y atraso, una muesca que introduce en el mandamiento cerrado una salida moderna”, agrega.
“Al conducirlo a prisión, el castrismo desea que Maykel vuelva a llamarse Nadie, convertirlo en número, materia de informe. Ese regreso no parece posible. Parafraseando a Ulises ante Polifemo, mucha gente en Cuba ya puede decirle al cíclope del Estado: mi nombre es Osorbo, y Osorbo me llaman mi madre, mi padre y mis compañeros todos”, concluye el escritor.
El Comité contra las Desapariciones Forzadas de las Naciones Unidas dio a El Osorbo como desaparecido tras 14 días en paradero desconocido.
Una Resolución del Parlamento Europeo sobre los derechos humanos y la situación política en Cuba consideró su caso junto al de otros 120 presos políticos y de conciencia, así como todas las acciones arbitrarias y represivas registradas en abril y junio de 2021, como de “especial urgencia” por lo que pidió a la Unión Europea que convoque una reunión urgente sobre el tema.