Un grupo de médicos cubanos expresó en Facebook su inconformidad con la información oficial sobre el resultado de los candidatos vacunales de producción nacional, alertó sobre la baja eficacia que puedan tener y pidió que un comité de la Organización Mundial de la Salud evalúe la capacidad y aprobación de estas vacunas antes de que Cuba pueda exportarlas.
El Gremio Médico Cubano Libre, integrado por galenos de dentro y fuera de la isla con una posición crítica hacia el gobierno y las instituciones de Salud, señaló en un post en la red social la “falta de transparencia” de las autoridades durante el proceso de fabricación y ensayo clínico de los cinco candidatos vacunales.
“Sabiendo que se tratan de vacunas de subunidades tenemos sospechas de la baja antigenicidad y eficacia que estos pueden tener. Consideramos, pues, un riesgo que otros países hayan querido hacer un convenio con Cuba para adquirir medicamentos que son confeccionados y aprobados por una misma entidad, aunque a la luz de los medios se diga otra cosa”, subraya el grupo.
El Ministerio de Salud Pública (MINSAP) anunció este lunes que su candidato vacunal Abdala tiene una eficacia del 92.28%, después de la aplicación de las tres dosis requeridas para inmunizar a un paciente contra el COVID-19.
La otra vacuna candidata producida en el país, Soberana 02, presenta una eficacia del 62% con dos dosis. Varios países como Argentina, Jamaica, México, Vietnam y Venezuela han expresado su interés en comprar las vacunas de Cuba, reportó este lunes la agencia de noticias Reuters.
Pero el Gremio desconfía de las decisiones que pueda tomar el gobierno en medido de la crisis económica. “Sabemos que en Cuba todo está en manos del Partido Comunista, hasta la misma Constitución de la República, por ende, cualquier cosa que pueda ser utilizada para beneficio de dicho partido será aprobada o rechazada a conveniencia del mismo”, afirma el texto.
Los galenos también hacen referencia a las “constantes violaciones a los Derechos Humanos más elementales para con el pueblo de Cuba” y denuncian la pésimas condiciones higiénico-sanitarias en las instalaciones de salud pública en un país que presume de “potencia médica”.
Según el Gremio, es obvia la intención del gobierno cubano de convertir a sus candidatos vacunales contra el COVID-19 “en un medio de interés político, más allá de su capacidad para enfrentar el virus o las cepas circulantes, que dicho sea de paso no creemos en esa supuesta eficacia”.
El ministro de Salud cubano, José Ángel Portal Miranda, ha dicho que la institución que dirige tiene la meta de que, al concluir junio, toda la población de La Habana haya recibido al menos una dosis de Abdala, y más del 50% de los capitalinos, dos dosis.
A principios de junio, médicos consultados por Radio Televisión Martí manifestaron opiniones encontradas sobre la decisión de Cuba de inocular a su población con vacunas que aún no han recibido la autorización necesaria para su uso de emergencia.
Uno de los galenos dijo a la reportera Michelle Sagué que la decisión tomada por las autoridades cubanas es un “riesgo que no sobrepasa los posibles beneficios, en particular si ya hay vacunas que han probado su eficacia y que están disponibles en el mercado global”.
El grupo de médicos independientes pidió precaución tanto a Cuba, como a los países interesados en adquirir o aplicar los candidatos vacunales cubanos, e instó a las autoridades internacionales de Salud a pronunciarse al respecto.