La complejidad epidemiológica de la provincia sigue, en términos más callejeros que científicos, de mal en peor. Lo demuestran los reportes diarios de casos y la jornada precedente no es excepción: 43 nuevos contagios, todos autóctonos y de ellos 39 son contactos de casos confirmados y en cuatro no se ha determinado aún la fuente de infección.
Y para reafirmar gravedades están las estadísticas: los diagnosticados en la jornada anterior se concentran en tres territorios, los cuales han sido reiteradamente los de mayor complicación si de COVID-19 se trata.
Mas, ningún municipio aventaja a Sancti Spíritus —epicentro de una transmisión que se eleva y se eleva desmesuradamente—, donde se han confirmado 35 de los 39 casos de la provincia. En la capital provincial los números más altos ayer se registran en el área Sur de la ciudad adonde pertenecen 11 enfermos; le sigue el Norte con nueve y Banao con igual cifra —tres de ellos sin nexo epidemiológico establecido—; luego el Centro con tres; Guasimal con dos y Los Olivos con uno.
Por su parte, ayer se notificaron en Cabaiguán cinco pacientes y en Trinidad, tres, de los cuales en uno no se ha determinado la fuente de contagio.
Y aun cuando ninguno de los cuatro eventos de transmisión comunitarios abiertos en la provincia generó enfermos ayer, sí se abrieron 15 controles de focos para sumar 284 sucesos de este tipo, lo que puede traducirse, a la corta, en nuevos contagios.
Con tantos números exorbitantes que hemos ido mostrando desde hace meses y en los últimos 15 días —lapso en el que los diagnosticados con COVID-19 han ascendido a 733— la tasa de incidencia de casos confirmados de la provincia es de 158.38 por 100 000 habitantes.
Y algunos municipios continúan por los cielos: Sancti Spíritus con 310.35; Fomento, 167.19; Cabaiguán, 127.62 y Trinidad, 122.98.
Porque los contagios no se han detenido, tanto que de enero a la fecha según daba cuenta la doctora Agnie Fernández González, asesora del programa de Infecciones Respiratorias Agudas y Tuberculosis, se han enfermado 4 536 espirituanos, de ellos 4 403 son autóctonos y 133 importados.
La propia Fernández González advertía: “La situación epidemiológica sigue siendo compleja en nuestra provincia. La responsabilidad individual es fundamental para ver si logramos cortar esta transmisión”.
Para mayor gravedad, de acuerdo con el parte oficial del Ministerio de Salud Pública, se mantienen reportados en estado crítico dos espirituanos, uno de 86 años de edad y otro de 75. Mientras que en estado grave se encuentra un trinitario de 85 años de edad.
En este camino tan escabroso la COVID-19 aquí no ha dejado de alargar sus zancadas.