La gran mayoría de los refugiados de todo el mundo están alojados en países que limitan con zonas de crisis y registran ingresos bajos y medianos. La cifra más reciente muestra que, a pesar de la pandemia y los llamados a un alto el fuego global para que los Gobiernos puedan atender a los enfermos, los conflictos continúan expulsando a las personas de sus hogares.