—¡Una libra de judías a setenta pesos! ¡¿Qué es eso?! Con cualquier tripa pa darle sabor el precio del potaje se duplica.
—Si te sirve de consuelo, el problema judío no es nada al lado del sufrimiento palestino, lo acabo de constatar en un comentario de cinco minutos sobre la situación política en Israel que hicieron ayer al mediodía en el noticiero.
—Tiene que estar allá muy jodía la cosa pa que acá le dediquen cinco minutos a un país cinco veces más pequeño que está a más de diez mil kilómetros…
—¡Que si sí!… Fíjate que para sacar del poder a Benjamin Netanyahu y designar un nuevo primer ministro tuvieron que formar una coalición de ocho partidos y esperar que fuera aprobada a nivel parlamentario…
—¿Ocho partidos? Qué exagerados… si con uno basta… Aquí no hay cómo coger pa eso al Parlamento, tiene que haber al frente un tipo que hable claro y los ponga en su lugar.
—Son muy raros los judíos, no les basta con un Partido. Fíjate que no había manera de ponerse de acuerdo… pero se pusieron. La crisis política fue tan intensa que ha habido cuatro elecciones en solo dos años… Alega la comentarista que hasta se hacía probable un quinto regreso a las urnas. La fragmentación de las fuerzas políticas y las presiones amenazaban con dejar en tablas la partida si algunos de los miembros de esa coalición desertaban y no aparecía la mayoría necesaria para el visto bueno del parlamento israelí.
—¿Israel no está clasificado ya para Tokio?
—¿Qué tiene que ver lo que te cuento con las próximas olimpiadas, chica?
—Ah, no, creí te referías al beisbol. Hablaste de Israel en términos deportivos, agregaste lo de la deserción… y pensé te referías al recién concluido preolímpico.
—No, mija, sitúate en el Medio Oriente, conéctate con el magnífico comentario que hizo en el NTV la muchachita esa que pronuncia tan bien la erre. Expone ella que lo interesante es que la responsabilidad y el cargo de primer ministro le toca los dos primeros años a Naftali Bennett, millonario y militar que comenzó como jefe de personal de Netanyahu de 2006 a 2008 y luego fue ministro de Educación de 2015 a 2019…
—Ministro de Educación… Pintaba bien para un cargo más alto.
—¡Claro!… Se le atribuye presionar para un aumento de la expansión de asentamientos de colonos israelíes en territorios palestinos.
—¿Y eso qué es?
—Hazte idea de un programa de construcción de viviendas por esfuerzo propio de forma ilegal, sin subsidios, con desvío de materiales, pero con muchos más recursos. La periodista mencionó que el tal Bennett quiere construirse un legado que compita desde nuevos extremos, pero sin la salpicadura de los juicios en los que está y pudiera seguir envuelto por mucho tiempo el saliente jefe de gobierno. A Netanyahu le piden diez años por corrupción y otros tres por fraude y abuso de confianza.
—¿Juicios a un gobernante por corrupción, fraude y abuso de confianza?… Definitivamente son raros los judíos esos.
—Imagínate: cuatro periodos electorales en el poder, veinticinco años, y setenta y uno en las costillas…
—Aquí le pusimos coto a eso: dos periodos y va que chifla, no más de sesenta años… de edad digo.
—Buena tu precisión… A nivel regional, en base a lo que ha declarado el nuevo primer ministro (de Israel digo), en el tratamiento de línea dura hacia Irán es de esperar una continuidad.
—La continuidad es garantía.
—No siempre. La presencia en la coalición de un partido opositor es señal de que las agrupaciones políticas que se nuclearon para detener a Netanyahu buscan diálogo y participación de todas las fuerzas sociales. El acuerdo de esta alianza establece que en 2023 Bennett será reemplazado en el cargo por el actual líder de la oposición: Yair Lapid.
―Lapidario saber con años de antelación quién tomará el mando, ¿eh?
―Lo importante de este señor es que es uno de los políticos israelíes que apoya la solución de dos Estados.
—Dos Estados, si uno solo no hay quién lo dirija bien, ni solo ni acompañao… Diálogo… oposición en el poder… ¡Están escapaos los israelitas esos!
—Y dilo… ¿Ves lo importante de no perderse el noticiero?
—Pues sí. Me dejas la cabeza echando humo. Ahora mismo corro a conectarme.
—¿Con el de la una?
—No, con el de las ocho de Tel Aviv. Cabe esperar que le dediquen cinco minutos a la situación en Cuba.