Era mi cumpleaños y yo esperaba el más grande de los regalos de estos tiempos adversos, lo traería mi hermana y así lo hizo; me trajo en su brazo la esperanza de que podamos seguir juntos en muchos cumpleaños, y que, para entonces, se rompa la barrera que con dolor me separa de todos mis amados, y que regrese el postergado abrazo.