Las jornadas más tensas a causa de la COVID-19 durante toda la pandemia se viven por estos días en la provincia. Número elevado de casos, marcada dispersión, incremento de la mortalidad… van delineando el comportamiento de una curva de contagios que se empina y se empina sin frenos, al parecer, por ahora.
Que en casi una semana —del domingo hasta este viernes— se hayan confirmado en la provincia 249 espirituanos positivos al SARS-CoV-2 y que se dispersen por todos los municipios, en menor o mayor medida, es un elemento que por sí solo apuntala la altísima transmisión que padecemos.
Y por si fuese preciso sacar más cuentas, otros datos son ilustrativos: la mayoría de los diagnosticados son autóctonos, pero de ellos, durante la semana en más de 40 no se ha podido determinar la fuente de infección. De tal imprecisión al contagio y, por ende, al deterioro epidemiológico del territorio hay un trecho pequeñísimo.
Pero para hablar de gravedad habría que voltear la mirada, lamentablemente, a la capital provincial, donde no amainan los infectados: 140 pacientes se han notificado solo de domingo a viernes. Habría que achacárselo a que más de la mitad de los controles de focos abiertos en la provincia se localizan aquí —una buena parte de ellos, sin nexo epidemiológico establecido—, a que allí también se circunscriben los eventos de transmisión abiertos —el de la Universidad de Ciencias Médicas, del Camino de La Habana y el del Camino del tanque de agua—, a que se hallan comprometidas todas las áreas de salud y que se siguen violando las medidas establecidas, aunque, para ser justos, esto último sucede en todos lados.
En complicación, al municipio cabecera le sucede Trinidad con 40 casos en los últimos seis días; Cabaiguán con 28 y Fomento con 13, pero en todos los municipios de la provincia se han reportado enfermos en estas jornadas.
Precisamente son estos cuatro territorios los que superan la tasa de incidencia de casos confirmados de la provincia en la última quincena —que es de 146.72 por 100 000 habitantes—, pues la de Sancti Spíritus asciende a 278.89; la de Fomento a 173.36; la de Trinidad a 146.28 y la de Cabaiguán, pese a que no está por encima de la media provincial, ya se ha incrementado hasta 94.94.
No obstante, sin duda, lo más lamentable de la semana ha sido el fallecimiento de tres espirituanos a causa de la COVID-19, lo cual avala lo revelado a Escambray por el doctor Manuel Rivero Abella, director provincial de Salud: en la provincia están circulando nuevas variantes del virus, lo cual aumenta la transmisión y la letalidad.
“En el 75 por ciento de las muestras estudiadas de Trinidad y Sancti Spíritus se evidencia que corresponde a la variante del SARS-CoV-2 identificada en Sudáfrica —precisó Rivero Abella—. En los otros territorios circula la 6-14, que es la común de la COVID-19, mientras que la detectada en Gran Bretaña está circulando también en Sancti Spíritus y Trinidad, pero en porcentajes más reducidos.
“Lo que sí hay que tener en cuenta es que en la sudafricana la destrucción celular, que es lo que causa complicaciones en el paciente con COVID-19, comienza en las primeras 24 horas, por eso es importante conocerlo para actuar con prontitud”, precisó Rivero Abella.
En el deterioro epidemiológico han sido, según las autoridades sanitarias, causas que ya se han vuelto recurrentes: la omisión de algunos contactos, la alta virulencia de las cepas que circulan y la movilidad. Y de seguir tropezando con las mismas piedras continuaremos así: de una complicación en otra.