En 1984, Cuba alertó a las autoridades de Estados Unidos sobre un intento de asesinato al entonces presidente de ese país, Ronald Reagan. Y se impidió que ocurriera un atentado. Dicen que Reagan lo agradeció. La Habana alertaba a Washington sobre un acto terrorista, pero siguió estando en el listado negro durante 33 años y cuatro presidentes. La vida, como la política que se dicta desde Washington contra una Isla en el Caribe, está repleta de paradojas.