Los cubanos se despertaban el año pasado preguntándose dónde podían encontrar productos básicos como leche, cerdo, arroz, frijoles, medicinas o champú, según un reporte de Marc Frank, de la agencia Reuters en La Habana.
En estos días, también se preguntan: “si lo hago, ¿cuánto me costará?”.
En medio de una escasez generalizada, Cuba dependiente de las importaciones y casi en bancarrota ha aumentado las ventas de bienes en monedas convertibles como el dólar durante el último año, incluso cuando dejó cambiar pesos por esas monedas.
Eso ha obligado a muchos cubanos a adquirir monedas convertibles en el mercado negro, donde ha subido hasta tres veces la tasa oficial desde que el gobierno devaluó drásticamente el peso en enero.
Como alternativa, los cubanos deben comprar los productos “a precios aún más altos en pesos a los revendedores”, dijo el economista cubano Omar Everleny.
Muchos productos simplemente ya no se venden en tiendas de pesos a pesar de que ahora hay miles de millones de pesos en circulación.
El resultado de la dolarización, la escasez y la devaluación: los precios se han disparado y la inflación probablemente llegará a un mínimo del 500%, y hasta al 900% este año, según Pavel Vidal, un execonomista del Banco Central cubano que labora en la Universidad Javeriana en Cali, Colombia.
“Cada día se vuelve mucho más difícil porque los precios de todo siguen subiendo”, dijo a Reuters Arisleidis Blanco, quien trabaja en una cafetería privada en La Habana.
El gobierno de Cuba culpa, como siempre hace, en gran medida a las sanciones producto del embargo de Estados Unidos, que se intensificaron durante el mandato del presidente Donald Trump y a la pandemia de coronavirus que ha devastado la industria turística local.
Pero el problema principal es la ineficiencia de la economía estatal, a pesar de algunas reformas.
El gobierno cubano sostiene que no hay dinero en el banco para cambiar o importar los bienes y venderlos por pesos que no se pueden cambiar fuera del país para comprar más.
La economía nacional se redujo un 11% el año pasado después de años de estancamiento y, según los economistas cubanos, ha seguido cayendo en lo que va de 2021.
La inflación debería ser solo un traspié temporal, dicen las autoridades, y la economía se recuperará a medida que la pandemia ceda y las reformas arrojen resultados. La devaluación, por ejemplo, tiene como objetivo impulsar las exportaciones y reducir las importaciones en el mediano plazo.
Sin embargo, eso es poco consuelo para los cubanos que luchan por comprar productos básicos a medida que los casos de COVID-19 alcanzan nuevos máximos, concluyó Reuters.