El enorme agujero surgido hace una semana en unas tierras de cultivo del estado mexicano de Puebla supera ya los 320 pies de diámetro (casi 100 metros) y tiene una profundidad de 65 pies (20 metros), equivalente a un edificio de tres plantas.
Científicos se han sumergido en las profundidades del agua en su interior para investigar sus orígenes, al tiempo que las autoridades locales ampliaron el perímetro de seguridad a su alrededor para evitar que nuevos hundimientos provoquen víctimas.
Una casa que permanecía colgada del abismo, suspendida sobre el gigantesco socavón después de que el muro de mampostería que la rodeaba se hundiera en sus aguas, cayó también; ya sólo queda una habitación en pie.
“Duele mucho tanto sacrificio, pasamos hambre, la verdad sí nos duele mucho, porque no sabemos qué vaya a pasar con nosotros”, indicó este viernes su dueña, Magdalena Xalamihua, lamentando no haber recibido ayuda de las autoridades.
“Estamos dolidos de la casa que estamos viendo que poco a poco y a pedazos se va a ir hasta adonde acabe todo”, agregó.
El hoyo se originó en un terreno de cultivo del municipio Juan C. Bonilla, a poco más de 12 millas (20 kilómetros) de la ciudad de Puebla. “Es un asunto de enorme riesgo”, indicó el gobernador estatal, Miguel Barbosa.
Científicos del Centro Nacional de Prevención de Desastres, el Instituto Politécnico Nacional y la Universidad Autónoma de Puebla realizaron trabajos geofísicos para determinar el origen del socavón en estos terrenos ubicados a 20 millas (30 kilómetros) del volcán Popocatépetl.
Su conclusión provisional es que resulta “altamente posible que su origen se encuentre asociado a la presencia de flujos de agua subterránea”, según informó el diario Milenio.
Para evitar daños a la población, los expertos recomendaron ampliar el perímetro de seguridad ante el peligro de que el socavón siga creciendo, puesto que cientos de personas se congregaron en sus bordes para observarlo.
Vecinos de viviendas cercanas temen sin embargo los temblores que provoca el socavón cada vez que se agranda, puesto, que, según observan, está provocando grietas en sus casas. Los científicos investigan además los pozos artesanales de los alrededores, donde el agua antes cristalina, según dichas fuentes, aparece ahora turbulenta.