Lo aceptó entre los expedicionarios del Granma, fue el primero al que ascendió a Comandante en la Sierra, le encomendó importantísimas misiones en la naciente Revolución. En él, y no en otro hombre, encontró Fidel, el modelo ideal de revolucionario, por lo que pidió al pueblo de Cuba: “!Sean como el Che!”, “el más extraordinario de nuestros compañeros”.