Hace mucho tiempo que Idalis Ortiz es la judoca imprescindible de Cuba, quizás desde el 2007, cuando ganó su primer evento internacional de envergadura. Es la medalla que casi nunca falla y el más temible nombre en su división, fuera de japonesas y chinas. Una diosa, decimos sus seguidores. Pero los dioses deportivos son más humanos cuando tras una derrota, se levantan, reciben un aplauso y crece la fuerza de su historia.