Por caminos similares a los seguidos en el primer partido, Cuba volvió a caer, esta vez ante Canadá 6-5 y así dijo adiós a su sueño de llegar a Tokio al no poder comprar ninguno de los boletos del preolímpico de La Américas.
Anunciada por unos, sentida por muchos, la derrota deja por primera vez al equipo cubano fuera de los Juegos Olímpicos desde que el béisbol se insertara en el cronograma de los cinco aros en Barcelona 1992, un periodo en el que fue el mejor equipo con presencia en las cinco finales efectuadas, tres de ellas como campeón (Barcelona 92, Atlanta 96 y Atenas 2004).
Ese fue el saldo más doloroso del descalabro, cuando Lisbán Correa se ponchó con el posible empate en base, en otro final dramático para los antillanos.
Pero, como sucedió ante Venezuela, llegar a esos extremos con el agua al cuello y esperar, además, un desenlace diferente, ha sido para el equipo cubano el más duro de los escollos.
El pitcheo abridor otra vez resultó inefectivo. Si antes fue Lázaro Blanco, en este segundo choque Carlos Juan Viera no pudo sacar los tres outs del primer inning al permitir tres carreras con cuatro hits y un boleto.
Así, Cuba firmó su sentencia temprano, obligada a jugar contra la pared, pues si la derrota inicial dejaba al menos una puerta abierta para llegar a la discusión de los boletos, la segunda cerraba todos los conductos, como sucedió.
Si antes Ferrer aguantó de más a Blanco, esta vez hizo lo que las urgencias mandaban: extraer a Viera y llamar a Yariel Rodríguez, quien le puso stop a los canadienses como para justificar su bien ganada clase en el béisbol japonés, un palmarés que bien le hubiese granjeado un rol como abridor en el conjunto.
El camagüeyano, firmado por los Dragones de Chunichi, acabó la rebelión con ponche a J. D. Osborne y en lo adelante eslabonó un concierto de 11 ponches en seis entradas y un tercio, tramo en el que permitió cuatro hits, uno de ellos jonrón, y dos carreras para protagonizar el mejor desempeño del staff cubano.
Lástima que su esfuerzo y las 98 millas que dicen que marcó no pudieron voltear una historia escrita cas antes de los primeros compases del partido.
Como en el primer juego, Cuba amenazó, pero no concretó, ni en el tercero ni en cuarto capítulos. La pizarra dejó ver la primera carrera en el quinto y ni siquiera fue impulsada, pues llegó tras una jugada de doble play por rolling de Yordanis Samón, después de doble de Roel Santos y hit de Yadil Mujica.
Pero Canadá tomó más distancia en el séptimo con una y selló la victoria con otra en el octavo ante Liván Moinelo. Cuba siguió en su batalla y se acercó en el séptimo, con dos por hits de Raico Santos, error de la primera base canadiense, roletazo de Yadil Mujica y hit de Samón.
El drama asomó otra vez en medio de la Florida. Todo quedó listo para el noveno acto. Los parientes Santos, Raico y Roel, una bujía que bien podría inocularse en la dinámica del conjunto cuando jugar suelto a la pelota se trata y disfrutar el partido encima de las bases. pegaron hits y, como el primero llegó a tercera, de ahí pudo entrar con la cuarta cuando Frederich Cepeda, de emergente, lo impulsó con fly de sacrificio. En lo que parecía la última esperanza, Yordanis Samón logró embasarse por error y entró la quinta.
El resto, ya se lo conté. Lisbán Correa, que casi se viste de héroe en el primer choque con su cuadrangular del noveno en rol de emergente, se ponchó ante el salvador del juego John Axford y sumaba así su quinto fallo de la noche, luego de que su espectacular jonrón, lo llevara, con justicia, a la alineación regular como cuarto madero.
Dustin Molleken ganó y le dio a Canadá —que definitivamente encontró la fórmula para ganarnos y ganarnos con cualquier argumento— el pase al menos para la segunda ronda y la posibilidad de seguir soñando con Tokio, lo mismo que Venezuela, el otro de ese grupo que lo logró al ganarle a Colombia de manera sensacional.
Perdió desde el montículo Carlos Juan Viera. Desde el terreno lo hizo el equipo, que luchó hasta donde las fuerzas le dieron. Solo que no le alcanzaron para más, como otras tantas veces.
Para Cuba, que completará por puro trámite su presentación este miércoles ante Colombia, se esfumó el sueño de Tokio.