Los pronósticos a largo plazo del comportamiento de la COVID-19 empiezan a dar un leve respiro; vaticinan una paulatina caída en la curva de confirmados, en la de casos activos y en la de fallecidos. En estas “corridas”, sin embargo, influyen mucho las estadísticas del recién concluido mayo; o sea, que en los cálculos matemáticos los números siguen en rojo.