Las imágenes de La Bodeguita del Medio recién pintada por dentro y por fuera se han hecho virales en redes sociales. Las firmas en sus paredes que distinguían este sitio dentro de los espacios turísticos de Cuba han sido suprimidas.
El director creativo de la revista cubana Vistar Magazine, Robin Pedraja, publicó en su cuenta de Facebook fotos recientes de este bar-restaurante en las cuales se observan las paredes impecables, pintadas de color azul: «¿quién fue el de la idea de borrar todo ese patrimonio?», posteó. Otras personas han expresado indignación por este hecho.
Si bien ha existido silencio por parte de medios oficiales e institucionales al respecto, según el diario 14ymedio, José Miguel Pumarada Fernández, administrador del lugar, les dijo que las reparaciones hechas recientemente eran necesarias debido al mal estado en el que se encontraba el local.
«Había filtraciones por todos lados, los clientes estaban comiendo y el agua caía en la mesa, había mucha humedad. Los cuadros se caían de las paredes porque el repello estaba podrido, la humedad era mucha y era parte de las quejas de los clientes que visitaban la casa», comentó.
Pumarada afirmó también que la obra de mantenimiento se llevó a cabo al respetar todo aquello que se considerara un bien patrimonial como el libro de firmas, las fotografías con sus cuadros, la madera, la estructura y la arquitectura de la casa. Asimismo, para salirle al paso a la polémica, sentenció que «las firmas no son patrimonio».
Han circulado en redes sociales supuestas declaraciones de Pumarada a Radio Taíno, en las cuales expresa que las firmas fueron borradas, entre otras causas, por motivos políticos. Estas revelaciones son falsas y fueron desmentidas por el mismo medio estatal en su perfil oficial de Twitter.
La artista visual y restauradora Salomé García Bacallao respondió en Facebook que «la indignación que ha generado esta intervención demuestra que la comunidad y la sociedad sí consideran que las firmas son patrimonio, que tienen un valor histórico, social, cultural y además afectivo».
«Espero que pronto llegue el día en que se pueda tener conversaciones abiertas en Cuba acerca de la participación de la comunidad en procesos de conservación y patrimonialización, en que la comunidad pueda fiscalizar en qué se gasta el presupuesto público», agregó.
La Bodeguita del Medio no se encuentra dentro de la lista en la cual figuran los monumentos nacionales o locales en Cuba; sin embargo, su valor simbólico y, sobre todo, como ícono cultural de La Habana es indiscutible.
Se puede considerar patrimonio cultural aquellos objetos, recursos, etc., que tienen un valor cultural, educativo, representativo o identitario para una región o comunidad de personas. Teniendo en cuenta estos criterios, las instituciones por lo general postulan los expedientes para reconocer el valor patrimonial de estos lugares, objetos, etc. Sin embargo, que no se encuentre reconocido por las instituciones de la memoria como patrimonio no implica unilateralmente que estos no puedan ser percibidos como patrimonio por otras comunidades.
El Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, del Ministerio de Cultura, es la instancia encargada de precisar y declarar los bienes que deben formar parte del patrimonio cultural de la nación y se rige por la Ley de los Monumentos Nacionales y Locales, aprobada en 1977. También hay Comisiones Provinciales de Monumentos.
De acuerdo a las respuestas de Pumarada a 14ymedio, las reparaciones realizadas recientemente contaban con «todos los niveles de aprobación».
Firmas famosas
Por este local ubicado en la calle Empedrado, muy cerca de la Plaza de la Catedral, en La Habana Vieja han pasado personalidades cubanas y foráneas como Nicolás Guillén, Ernest Hemingway, Mario Benedetti, Pablo Neruda, Gabriel García Márquez, Alejo Carpentier, Gabriela Mistral, Mario Moreno «Cantinflas», entre otros.
Hay firmas célebres que deben seguir intactas, como es el caso de la de Hemingway, ya que no se plasmó sobre la pared, sino sobre una servilleta, la cual fue enmarcada tiempo después: «Mi mojito en La Bodeguita, mi daiquirí en El Floridita», expone la dedicatoria.
Foto tomada de TripAdvisor.com
En cambio, las rúbricas borradas de las paredes serán imposibles de rescatar, pues de acuerdo a lo publicado en Facebook por Lénore Herrera, quien contactó vía telefónica con La Bodeguita, las paredes fueron descorchadas como parte de la reparación. Además, hasta el momento no se sabe si todo aquel que la visite, como antes, podrá dejar su huella.
DeFacto se presentó en La Bodeguita del Medio para buscar respuestas a estas y otras interrogantes; sin embargo, a pesar de que su administrador y otros trabajadores se encontraban en el lugar, no dieron explicaciones al respecto.
Por el momento, La Bodeguita del Medio, perteneciente a la Empresa Extrahotelera Palmares S. A., se encuentra cerrada al público como parte de las medidas restrictivas para controlar la COVID-19.
En 2022 cumplirá 80 años, y aunque en sus inicios era una simple bodega de barrio con la peculiaridad de estar a medianía de cuadra, logró superar las barreras del tiempo y la política para convertirse en un lugar emblemático, la cuna del mojito cubano.
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