A toda caída estrepitosa en el número de casos reportados en una jornada con COVID-19, le sucede, por lo general, una elevación igualmente despampanante. Ha sido tal vez una regla aquí o la evidencia más fehaciente de que aún en la provincia no se halla el equilibrio —o exactamente el control— en la curva de contagios.
Y tales saltos y bajadas obedecen, también por lo general, a análisis de más o de menos de muestras de PCR. Lo que sí no parece fluctuar es la marcada transmisión que desde hace meses venimos padeciendo en casi todo el territorio provincial.
De la dispersión tan nociva del SARS-CoV-2 dan fe los números de la jornada precedente: excepto en Yaguajay se diagnostican enfermos en el resto de los siete municipios de la provincia. Como mismo muestran otro mal que viene apuntando a la cronicidad: la imprecisión en la fuente de contagios de algunos de los diagnosticados.
Si desglosamos los 44 casos reportados al cierre de la jornada precedente confirmamos tales certezas: 43 son autóctonos y uno importado y de los primeros, 38 son contactos de casos diagnosticados con anterioridad y en cinco no se ha podido determinar la fuente de infección.
Y la capital provincial concentra las complejidades todas, pues allí se computan 24 de los casos diagnosticados en la provincia. De acuerdo con la información ofrecida en Radio Sancti Spíritus por la doctora Agnie Fernández González, asesora del programa de Infecciones Respiratorias Agudas y Tuberculosis, los residentes en el municipio cabecera se distribuyen del siguiente modo: nueve pertenecen al policlínico Centro —dos sin nexo epidemiológico establecido—; ocho al Norte y tres de ellos sin fuente de infección precisada; cuatro al Sur y tres a Banao.
Como ha venido sucediendo, luego de la capital provincial en complicación epidemiológica se ubica Trinidad, tanto que al cierre de la jornada precedente diagnostica nueve pacientes. En orden descendente se colocan, luego, Cabaiguán con cinco —tres corresponden al policlínico de Guayos—; Fomento con dos, uno de ellos un viajero procedente de Rusia; Taguasco también con un par de infectados y La Sierpe y Jatibonico con uno en cada caso.
Con 470 espirituanos infectados por el SARS-CoV-2 en la última quincena, según Fernández González, la tasa de incidencia de casos confirmados de la provincia asciende a 101. 56 por 100 000 habitantes, superada por tres territorios: Sancti Spíritus, 164. 26; Trinidad, 116. 50 y Jatibonico, 115. 24.
La excepción de la jornada, acaso, es que ninguno de los tres eventos de transmisión abiertos en la provincia generaron enfermos, por lo que los institucionales de la Universidad de Ciencias Médicas y del Hospital Siquiátrico Provincial se mantienen con 42 y 20 enfermos, respectivamente; mientras que el del Edificio 26, de Juan González, sigue con 18 pacientes y está propuesto a cerrarse hoy debido a que no ha reportado enfermos desde hace 15 días.
Como en Cuba, mayo ha sido también el mes más aciago del SARS-CoV-2 en la provincia, pues solo en estos 30 días se computan seis fallecidos, la mayor cifra de decesos reportada en un mes aquí durante toda la pandemia.
Y la COVID-19 por ahora sigue sitiándonos, para acorralarla —que en este instante puede significar disminuir los contagios— lo único que debe ir en aumento es la responsabilidad.
