A Raciel Aguilera Pérez lo conozco hace 30 años. Aprendí con él las diferencias entre la teoría y la práctica y una gran lección: “en la agricultura una cosa es con guitarra y otra es con violín”. Fue mi jefe en la Unidad Silvícola de Holguín, cuando me estrenaba y entrenaba como Ingeniera y venía con deseos de comerme el mundo.