La Fundación para los Derechos Humanos en Cuba denunció este lunes que procesa como represores violentos a quienes cooperan con la Seguridad del Estado en el hospital Calixto García, de La Habana, en “infligir daños temporales o irreversibles” al líder del Movimiento San Isidro Luis Manuel Otero Alcántara, retenido en ese centro médico desde hace tres semanas.
En una nota que titula “El uso criminal de la medicina cubana”, el director ejecutivo de la Fundación, Juan Antonio Blanco, dijo que el régimen cubano ha militarizado el acceso y los alrededores del Calixto García desde el pasado 2 de mayo “para usarlo como centro de secuestro, detención arbitraria, incomunicación y tortura” contra el joven artista.
“Esta es la última infamia de una élite de poder que usa la medicina como herramienta de diplomacia y propaganda al tiempo que la emplea como instrumento diabólico de su represión. El uso de los servicios médicos para la tortura y asesinato de disidentes ha sido una práctica represiva durante estas seis décadas”, subraya Blanco.
La denuncia de la FDHC ocurre tras la renuncia del psiquiatra y experto en suicidios Sergio Andrés Pérez Barrero a la Sociedad Cubana de Psiquiatría por “no encontrar pronunciamiento alguno” de esa institución que esclarezca la situación del paciente Luis Manuel Otero Alcántara.
Pérez Barrero dijo a Radio Martí que “es muy incongruente todo lo que está sucediendo” con el artista, al que las autoridades prefieren llamar “ciudadano” en lugar de “paciente”, subrayó.
En su opinión, Otero Alcántara está hospitalizado “de manera inadecuada”, y está “siendo maltratado”, que yo “no hay un motivo para que esté ingresado”.
Este lunes, Radio Martí contactó con el doctor Jorge Luis Velázquez Julián, jefe de Servicios de Psiquiatría y Psicología del hospital Calixto García, quien atiende directamente al artista.
“Yo no puedo dar información”, respondió el galeno a una pregunta de la periodista Ivette Pacheco.
“No hay detención ni acusación policial, ni jueces que tengan que dar la cara para dictar sentencia, ni hay juicios que provoquen la condena pública mundial. Son médicos, psiquiatras y sus diagnósticos quienes se encargan de ejercer la represión”, señala, por su parte, Blanco.
El ejecutivo de la FDHC recordó el caso de la fundadora de las Damas de Blanco, Laura Pollán, “quien murió en el mismo hospital donde ahora está Otero Alcántara en condiciones no aclaradas de forma independiente”.
Blanco afirma que “el gobierno cubano ha hecho uso de médicos y enfermeros corruptos para torturar con electroshocks, drogas y otras prácticas” a opositores y activistas de derechos humanos. “El asesinato político es parte de esa historia porque la medicina facilita su encubrimiento”.
En el texto, Blanco hace referencia al uso de las brigadas médicas por parte del gobierno cubano como “un modelo de negocio esclavista”.
“Les roba entre el 70 al 90% de los salarios a los médicos y no los invierten luego en el sistema de salud pública. En medio de las agudas carencias de fármacos, ha privado a los ciudadanos de acceso a medicinas básicas, como analgésicos y antibióticos. Sin embargo, exporta medicamentos junto con esas brigadas para luego a menudo destruirlos”, detalla.
La FDHC exigió el cese inmediato e incondicional de la “detención arbitraria, aislamiento y torturas psiquiátricas a Luis Manuel Otero Alcántara”, y de la medicina cubana “para fines mercantiles y represivos”.
Amnistía Internacional declaró al artista como prisionero de conciencia. “Luis Manuel no debe pasar ni un día más bajo la custodia del estado. Ha sido privado de su libertad únicamente por expresarse pacíficamente y debe ser liberado inmediatamente y sin condiciones”, dijo Twitter Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de esa organización.