El periodista independiente Yoel Acosta Gámez fue liberado tras ocho días de detención en los que asegura fue maltratado, golpeado e interrogado en numerosas ocasiones.
El también activista fue arrestado el 11 de mayo en Baracoa, Guantánamo, cuando trataba de cubrir el caso de una madre y sus cuatro hijos desamparados por el gobierno.
“El trato de los militares fue muy malo, ya que en primer lugar me me robaron el móvil, me quitaron el móvil que yo tenía, me quitaron una cámara fotográfica y me decomisaron 1820 pesos que tenía. Según ellos, me decomisan esto porque se está utilizando como medio para hacer acciones subversivas en contra del país, para desmoralizar al país”, explica Acosta en un video.
“En un interrogatorio que tenía con el mayor “Ivon”, jefe de la Seguridad Provincial de Guantánamo, se manifestó y me dijo que ellos me tenían como un mercenario porque yo respondía al interés en otro país. Yo le dije que no era un mercenario y cuando traté de expresarle por qué yo hacía eso, por qué luchaba por defender a mi país, un oficial llamado “Morgan” de la policía política me dio por la parte de atrás de la cabeza un fuerte trompón y varios oficiales también se pararon con la intención de darme a lo que el mayor les respondió que no, que me dejaran tranquilo. Ahí fui ofendido, me maltrataron verbalmente, me dijeron unas cuantas cosas y aseguraron de que a mí y a otros varios grupos de disidentes dentro de Cuba, ellos los iban a quitar quitar del camino lo más pronto posible y que muy pronto nosotros no les íbamos a dar más dolores de cabeza”, agregó el reportero.
En su denuncia Acosta asegura: “Estas personas te maltrataba psicológicamente porque lo mismo me sacaban a las nueve de la noche, me levantaron en varias ocasiones a las dos de la mañana, a la una de la mañana para hacerme preguntas, para hacerme la misma pregunta que ya me habían hecho. Era cuestión de levantarme para maltratarte psicológicamente para que no pudiera dormir.
En lo que va de año, Acosta Gámez ha sufrido varias detenciones por parte de la policía política.
Además de la persecución y el acoso para impedirle cumplir con su tarea de informar, también fue amenazado recientemente con ser “desaparecido sin dejar rastro”.