Muchas cubanas han sufrido manifestaciones diversas de este tipo de violencia. El acoso, las agresiones psicológicas, el control “romántico”, los delitos sexuales y las lesiones físicas son apenas algunos ejemplos de ciclos de violencia que tienen como punto final y dramático los asesinatos o femicidios. Últimamente, con el incremento del acceso a Internet y uso de las redes sociales, se visibilizan muchos más casos, pero el conflicto lleva mucho tiempo ahí, latente. Y duele.