Su primer protagónico tuvo lugar en un cortometraje publicitario titulado La luna de miel de Inés (1938), que hasta ahora era un misterio para los historiadores. Omitido de una mayor parte de los textos sobre su vida artística, el film aparece mencionado recién en 2002 por Noemí Castiñeiras en El ajedrez de la gloria.