La protesta callejera que tuvo lugar en la céntrica intersección de las calles Obispo y Aguacate en La Habana Vieja el pasado viernes 30 de abril ha sido reprimida con el mayor rigor por parte del régimen que ha mantenido encarcelados al menos a seis manifestantes y periodistas por dos semanas.
A pesar de incontables reclamos de la ciudadanía y de importantes agrupaciones en defensa de los derechos humanos como Amnistía Internacional, el Comité para la Protección de los Periodistas, la Sociedad Interamericana de Prensa, el gobierno de Estados Unidos y representantes de la Unión Europea, los manifestantes continúan detenidos, algunos sin poder ver a sus familiares, entre ellos sus hijos menores de edad.
Tal vez, el caso más preocupante es el de Thais Mailén Franco, la activista que tiene tres hijos menores de edad, que desde entonces sólo han podido visitarla un domingo en el centro donde la tienen recluida.
También las tres hijas pequeñas y la esposa del reportero de ADN Cuba, Esteban Rodríguez, se han visto afectadas por su desaparición. Su esposa Zuleidis Gómez Cepero pidió fe de vida de Rodríguez y declaró recientemente: “Mis hijas están llorando, quieren saber de su papá, toda la familia estamos muy preocupada”.
Los manifestantes exigían el cese de la represión y del cerco policial a la sede del Movimiento San Isidro donde Luis Manuel Otero Alcántara llevaba entonces varios días en huelga de hambre y sed. También gritaron Patria y Vida, abajo el comunismo y denunciaron que el pueblo no tiene comida.
La joven periodista Mary Karla Ares González fue detenida junto a otras doce personas porque transmitió en vivo la protesta. Ares González, integrante del Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP), “está siendo instruida policialmente por un supuesto delito de desorden público. Su padre denunció a Radio Martí que la muchacha está durmiendo en el piso, aquejada de dolores y sin acceso a sus medicamentos en una celda en la unidad policial de 7ma y 62, en el municipio capitalino de Playa.
Thais Mailén Franco, Esteban Rodríguez e Inti Soto Romero, están detenidos en Villa Marista; Yuisan Cancio Vera, quien fue arrestado inicialmente junto a su madre Nancy Vera Hernández, ambos activistas de la iniciativa opositora La Cola de la Libertad, está en la estación policial del Capri, en el municipio Arroyo Naranjo, y Luis Angel Cuba Alfonso, permanece detenido en la estación de Picota, en el municipio La Habana Vieja.
Un informe de la ONG Cubalex sobre lo sucedido ese día detalla lo siguiente: “Al mediodía del 30 de abril en la calle Obispo detienen violentamente a un grupo de personas que intentaban llegar a ver a Luis Manuel Otero, entre ellas la periodista María Karla Ares, Esteban Rodríguez, Thais Mailen Franco Benítez, Nancy Vera, Luis Angel, Inty Soto Romero, Leonardo Romero Negrín, Félix Modesto Valdés Días, Félix David Rodríguez Estévez, Douglas Batista Savigne, Yuisan Cancio Vera, Joeluis Cerutti, Lara Yumila, Douglas Batista fue trasladado a la estación de El Cotorro. A Leonardo Romero lo llevaron para Zanja luego de una hora en Infanta y Manglar. María Karla y Thais fueron trasladadas a Marianao, Leonardo a Santiago de las Vegas. Cerutti fue liberado pasadas las 9 de la noche. Leonardo fue liberado al día siguiente en la mañana y apresado nuevamente. El 1ro de mayo liberaron a Félix David Rodríguez y a Odín Betancourt. María Karla fue trasladada el 2 de mayo para la unidad de La Lisa y está siendo procesada por desorden social”.
La Justicia cubana dice que ese día los acusados “comenzaron a llamar la atención de los transeúntes al manifestar las carencias existentes en el país, enarbolando consignas en contra de los principales dirigentes de la nación conjugadas con expresiones de hambre y carencia” y describe que la “fuerte oposición cuando los agentes de la autoridad procedieron a detenerlos” consistió en sentarse en el suelo y entrelazar sus manos.
El 10 de mayo, el régimen negó un segundo recurso de Hábeas Corpus presentado a favor de los detenidos.