Cuba, como el resto del mundo, está en constante cambio, evolución. Marcados por el paso del tiempo, conviven en nuestro archipiélago cada vez más tipos de hogares. Son reales, heterogéneos, complejos, con diversas circunstancias y formas de relacionarse. La vida confirma una y otra vez que no existe “una familia de manual”, sino muchos diseños posibles.