Lod, la ciudad que por mucho tiempo encarnó el símbolo de la convivencia entre los palestinos allí residentes y los israelíes, vio desplomar ese mito de cohabitación esta semana, tras la creciente agresividad en esa ciudad de Israel.
Entre los saldos de las agresiones allí aparecen una sinagoga incendiada, vehículos calcinados por ataques, sin descartar la tensión y el ambiente de violencia que imperan en las calles de una ciudad industrial donde el 40% de su población es palestina con ciudadanía en Israel.
Varias de las llamadas ciudades mixtas israelíes vivieron situaciones de violencia, cuando en la noche del lunes Hamás y la Yihad Islámica disparaban
cohetes desde la Franja de Gaza contra Israel y miles de palestinos se
manifestaban en Cisjordania y en Jerusalén.
Han crecido además las hostilidades entre jóvenes árabes y grupos de judíos extremistas.
Entre las víctimas del conflicto está Mussa Hassuna, un joven padre de familia palestino de Israel que apenas contaba con 32 años y fuera abaleado esta semana, presuntamente a manos de israelíes nacionalistas armados que ejecutaron el crimen.
En la noche del martes, en el entierro de Hassuna todo empeoró. Ante la violencia desatada el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, declaró “el estado de urgencia” en la ciudad que »