Cientos de miles de personas se sumaron este miércoles a las movilizaciones en Colombia para protestar contra la agudización de problemas estructurales del país en el mandato de Iván Duque.
Todo parecía tranquilo, pues los manifestantes llevaron a su marcha diversas expresiones artísticas para deslindarse de los hechos de violencia acaecidos en el contexto del paro nacional iniciado el pasado 28 de abril.
La representante en Colombia de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU Juliette de Rivero, quien hizo un recorrido por Medellín, Pasto, Arauca y otras partes del país, aseguró que las marchas fueron pacíficas.
Los reclamos eran diversos en correspondencia con los sectores movilizados y en algunas marchas, como la realizada en el monumento de Héroes en esta capital, recordaron que fueron seis mil 402 los falsos positivos (jóvenes asesinados hechos pasar por guerrilleros).
Otras, como en Manizales, los manifestantes hicieron un homenaje a quién se convirtió en el mártir de este paro nacional: Lucas Villa, un estudiante baleado el pasado 5 de mayo fallecido ayer martes.
Los pueblos originarios se unieron por medio de la minga indígena para avanzar en la defensa de la vida, la paz, la justicia, la autonomía y el Buen Vivir para los colombianos.
Exguerrilleros marcharon por la implementación integral del Acuerdo de Paz, el cese de los asesinatos contra este sector y los líderes sociales y por una renta básica universal.
En común, en todas las marchas los participantes exigían el cese de la violencia, de la militarización, el retiro de un proyecto de reforma de Salud con carácter privatizador, entre otras reivindicaciones.
Todo parecía pacífico hasta que, en la noche, en Bogotá el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) arremetió contra los manifestantes, como suele hacer cada prácticamente cada día, de acuerdo con las denuncias.
Necesitamos que la Alcaldía de Bogotá nos explique por qué una manifestación pacífica y en paz es atacada por el Esmad, alertó la senadora por el partido Comunes Griselda Lobo, quien cuestionó el diálogo que supuestamente pide el gobierno cuando al mismo tiempo ataca a los manifestantes.
De igual forma, a la par del choque de la Copa Libertadores de fútbol entre el River contra Junior, afuera del estadio Romelio Martínez, en Barranquilla, la fuerza pública atacó a los hinchas que se unieron al paro.
El representante a la Cámara por el partido Comunes Sergio Marín aseguró que mientras en las afueras del estadio acaban a punta de garrote y gases con la movilización, adentro se enfrentan los dos equipos.
‘Pan y circo, al mejor estilo de las dictaduras del Cono Sur’, subrayó en su cuenta en Twitter el legislador.