Disminución de la fecundidad, aumento de la expectativa de vida al nacer y migraciones colocan hoy a Cuba en medio de una ‘tormenta demográfica’ y obligan al Gobierno a pensar alternativas para contrarrestar sus efectos. El hecho de que, desde 1979, cada año la tasa de fecundidad dista de superar los 2,1 necesarios para un adecuado reemplazo.