Es este el segundo Día de las Madres que celebramos entre los azotes de la pandemia de Covid-19. Ese elemento, junto a las carencias económicas y a las toxicidades y polarizaciones del clima político en nuestro país, ha privado a muchas madres, abuelas, esposas, de celebrar con total plenitud esta fecha familiar.
Pese a ello, el equipo de La Joven Cuba desea a las madres cubanas las más calurosas felicitaciones. Esperemos que el año próximo sean posibles el abrazo y la calma. Tenemos esperanza en ello, así como la tenía Martí cuando escribió en el dorso de la fotografía que lo inmortaliza con un grillete:
«Mírame, madre, y por tu amor no llores: Si esclavo de mi edad y mis doctrinas Tu mártir corazón llené de espinas, Piensa que nacen entre espinas flores».
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Madre del alma, madre querida,
Son tus natales, quiero cantar;
Porque mi alma, de amor henchida,
Aunque muy joven, nunca se olvida
De la que vida me hubo de dar.
Pasan los años, vuelan las horas
Que yo a tu lado no siento ir,
Por tus caricias arrobadoras
Y las miradas tan seductoras
Que hacen mi pecho fuerte latir.
A Dios yo pido constantemente
Para mis padres vida inmortal;
Porque es muy grato, sobre la frente
Sentir el roce de un beso ardiente
Que de otra boca nunca es igual.
José Martí (1868)