El avión despegó y un nudo le apretaba la garganta mientras evoca la figura de un hijo que minutos antes le había despedido. Tenía 27 años y, hasta ese momento, la separación entre ella y la familia se limitaba a unos pocos días; pero esta vez sería muy diferente. Con varias elucubraciones aterrizó en Venezuela la doctora Isiliurkis Milián Cantillo en febrero de 2017.