El doctor Francisco Durán conmovió a Cuba frente a las cámaras, cuando en la relatoría diaria de los fallecidos por la COVID-19 le flaqueó la voz en un sollozo contenido. Súbitamente, reveló la identidad de ese paciente de 69 años con antecedente patológico de hipertensión arterial, quien presentó parada cardiaca en asistolia, que no pudo sobrepasar aún con las maniobras de reanimación cardiopulmonar.