En este modelo de mundo, en el cual los flujos intrínsecos a la economía, así como no pocos de sus asociados descansan y dependen por entero de la robotización y las nuevas tecnologías informáticas y de la comunicación, la aplicación de conocimiento a cualquiera de estos circuitos es una demanda permanente que solicita la formación de un nuevo tipo de trabajador orientado a la autopreparación continua y el deseo de innovar.