Las famosas torticas de Morón, que junto al gallo constituyen los dos símbolos más importantes de la localidad cubana de la provincia de Ciego de Ávila, tienen más de 90 años de felizmente ser saboreadas gracias al ingenio culinario de Serafina Echemendía. El trabajo de la reconocida repostera era totalmente manual, en hornos rústicos.