El pinareño Yosvany Díaz decía sus décimas como el guajiro que era: de pura cepa. Recuerdo que mientras nos llegaba el turno de volver a leer, conversábamos con la emoción a flor de piel por lo que allí vivíamos. Venezolanos y cubanos cantábamos las canciones de Silvio y Raúl Torres como si fueran un himno.