El arma escogida para un duelo podía ser la espada o la espada francesa, el sable con punta o sin ella, o con filo, contrafilo y punta… Una vez decidida el arma, establecían los padrinos a cuántos reprises sería el combate, lo que durarían y el tiempo de descanso entre uno y otro. Si se seleccionaba la pistola se fijaba cuántos disparos harían.